Un equipo de investigadores turcos señaló que amamantar a un bebé durante la aplicación de una vacuna reduciría significativamente el dolor que le produce la inyección.
"No obstante, los niños pequeños poseen memoria del dolor, que es la que les hace anticiparse a procedimientos dolorosos y reaccionar más intensamente cuando ya tuvieron una experiencia dolorosa sin analgesia adecuada", escribió el equipo en The Journal of Pediatrics.
El equipo del doctor Dilek Dilli, del Hospital de Entrenamiento e Investigación de Ankara , dividió a 158 bebés menores de 6 meses en dos grupos: al azar, a uno se lo amamantó durante la vacunación de rutina y al otro, no.
También al azar, el equipo permitió que otros 85 niños, de entre 6 y 48 meses, recibieran una solución con un 12 por ciento de sacarosa, una crema tópica de lidocaína-prilocaína, o ninguna analgesia durante la inmunización.
Pediatras evaluaron el tiempo de llanto y dolor según escalas estandarizadas para cada edad. "La lactancia en los bebés menores de 6 meses y la sacarosa o la combinación lidocaína-prilocaína en los bebés de entre 6 y 48 meses disminuyeron significativamente el tiempo de llanto y de dolor, comparado con el grupo de control", indicó el equipo.
"No se observaron diferencias de resultados entre los grupos tratados con sacarosa y lidocaína-prilocaína", agregaron los autores.
El equipo comentó: "Dado el costo y el tiempo necesarios para su uso, la anestesia tópica debería quedar reservada para los niños fóbicos o especialmente ansiosos a las inyecciones. La sacarosa, que es económica y de fácil administración sin intervención de profesionales entrenados, debería ser de primera elección durante la vacunación de niños pequeños".