sábado, 29 de diciembre de 2007

ALGUNAS RABIETAS PUEDEN INDICAR RIESGO DE DEPRESIÓN EN LOS NIÑOS

Los niños que tienen rabietas prolongadas, frecuentes o agresivas correrían riesgo de padecer depresión o desórdenes de la conducta, informaron investigadores estadounidenses. Los expertos dijeron que los enojos solían ser una señal de enfermedad, hambre o sobreestimulación en los chicos.

En tanto, para la mayoría de los padres, son una parte normal del desarrollo de sus hijos y deberían ser consideradas una oportunidad de enseñanza.

Pero los padres de niños que se lastiman a sí mismos o a otras personas y que no pueden calmarse sin ayuda deberían buscar asistencia de profesionales médicos, revelaron los investigadores.

Los pequeños saludables solían tener rabietas menos agresivas y generalmente más cortas. "Creo que los padres deberían esperar algún tipo de rabietas de sus hijos", dijo el doctor Andy Belden, de la Escuela de Medicina de la Washington University en St. Louis, cuyo estudio fue publicado en Journal of Pediatrics.

"Si les dan enojos extremos constantemente, si cada vez que les da una rabieta se lastiman a sí mismos y a otros, esa es una razón válida para ir y hablar con el pediatra", añadió Belden en una entrevista telefónica.

El equipo analizó los informes de los padres de 279 chicos de entre 3 y 6 años sobre las rabietas de sus hijos. Luego comparó los enojos de niños saludables con los de pequeños previamente diagnosticados con depresión o algún tipo de problema de conducta.

De diversos tipos de rabietas identificadas por los investigadores, Belden dijo que los chicos que se dañaban a sí mismos eran los que más chances tenían de sufrir depresión y cuyo estado era grave.

"Si se llega al punto de que el padre se siente incómodo al salir de casa porque teme que su hijo tenga una rabieta, eso sería un signo" para buscar ayuda, concluyó el autor.

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Publicado en la revista Journal of Pediatrics

viernes, 28 de diciembre de 2007

LA OBESIDAD INFANTIL, UNA CRISIS COMPARABLE AL CAMBIO CLIMÁTICO Dos estudios alertan de que si no se ataja la actual tendencia, las crecientes tasas de sobrepeso en la adolescencia harán que se dispare en el futuro la incidencia de afecciones coronarias

Una crisis inminente de salud pública. Es la predicción que hacen sobre el futuro próximo los especialistas en obesidad si no se toman de forma inmediata medidas para atajar la actual tendencia a acumular kilos durante la infancia. Y para dar idea de la gravedad de la situación comparan el problema del sobrepeso adolescente con el del calentamiento global del planeta.

Igual que los escépticos respecto al cambio climático han visto como la investigación corrobora día a día los cálculos más pesimistas, los sucesivos estudios realizados en la población infantil de los países desarrollados encienden nuevas alarmas sobre las consecuencias que tendrá la epidemia sobre su salud cuando lleguen a adultos, especialmente para el corazón. Dos trabajos publicados esta semana en la revista The New England Journal of Medicine dan cuenta del previsible impacto multiplicador que tendrá el exceso de peso en la infancia sobre la incidencia de la enfermedad coronaria.

El primero de ellos realiza una proyección de la prevalencia de obesidad que exhibirán en los próximos años los adolescentes estadounidenses que tenían sobrepeso en 2000 (alrededor del 17%, es decir, unos nueve millones de chavales). Paralelamente, mediante un programa informático de simulación, se calculó el exceso de enfermedad coronoria que podría ser atribuible a esta causa cuando esos menores alcancen la madurez. El resultado es inquietante. Las consecuencias de la escalada en la báscula juvenil de EEUU se estiman, para el año 2035, en un incremento del 5% al 16% de la prevalencia de enfermedad coronaria y en un total de 100.000 casos adicionales de patología cardiaca directamente atribuibles a problemas de exceso de peso.

Las perspectivas al otro lado del Atlántico tampoco son halagüeñas. El segundo análisis, realizado en Dinamarca, ratifica el impacto nocivo de la obesidad infantil a largo plazo. En este caso, se ha investigado la asociación entre el índice de masa corporal (IMC, valor que se utiliza para determinar si el peso es adecuado en relación a la altura) registrado entre los siete y 13 años de edad con el riesgo de sufrir enfermedad coronaria entre los 25 y 60. Para ello, se han revisado los datos históricos de la salud de cerca de 300.000 vecinos de Copenhague. La conclusión es clara: el riesgo de sufrir un evento cardiaco se asocia con el IMC que se exhiba en esa etapa precoz de la vida y es mayor tanto a medida que éste aumente como a medida que el menor siga cumpliendo años con un peso por encima de lo aconsejable.

Los autores ofrecen un ejemplo para hacer más comprensible el impacto de esta relación. En comparación con un adolescente de 13 años con un IMC dentro de la media, un menor de la misma edad con 11,2 kilos de más tenía un riesgo un 33% superior de padecer una dolencia coronaria al llegar a adulto.

Este trabajo llama la atención sobre el hecho de que cualquier ganancia de peso importa y que, incluso, una cantidad de más sorprendentemente pequeña podría pasar factura en el futuro en forma de patología coronaria. Lo que revelan ambas investigaciones es la trascendencia de un problema conocido, la incidencia cada vez mayor de factores de riesgo cardiovascular en los infantes obesos. Trastornos como la hipertensión, las dislipemias, la intolerancia a la glucosa y ciertas anomalías vasculares están ya presentes en los menores con sobrepeso. Y España no es ajena a esta situación. Las tasas nacionales de obesidad infantil superan a las nórdicas y con una incidencia del 15% se sitúan más cerca de las estadounidenses, a la vez que figuran en los primeros lugares de Europa.

NUEVAS ENFERMEDADES

Teniendo en cuenta que el 80% de los que llegan a la adolescencia cargados con unos kilos de más alcanzarán la madurez siendo obesos, el panorama para la salud cardiovascular patria no es favorable. «Estamos muy preocupados porque la obesidad infantil va a modificar nuestro tradicional menor riesgo cardiovascular, que se atribuía a la dieta mediterránea», reconoce la cardióloga Nieves Tarín, de la Fundación Española del Corazón.

Rafael Tojo, catedrático de Pediatría de la Universidad de Santiago de Compostela, reconoce que en las consultas infantiles florecen enfermedades hasta ahora «desconocidas», ya que estaban reservadas al adulto: además de los citados factores de riesgo, menciona el hígado graso, la diabetes tipo 2, las alteraciones musculoesqueléticas, la apnea del sueño y los trastornos del ánimo. «Se están expresando de forma preocupante y cada vez se inician antes», dice. Es en esa etapa precoz cuando hay que intervenir, y de forma agresiva según los expertos, para revertir esta tendencia antes de que sea demasiado tarde.

Publicado en En Mundo Salud

sábado, 22 de diciembre de 2007

LA IMPORTANCIA DE DISMINUIR EL TAMAÑO DE LA RACIÓN DE ALIMENTO

Investigadores hallaron que aún cuando los chicos de 5 años no terminaban las porciones pequeñas de varios platos, comían más cuando recibían una porción doble. Los resultados publicados en American Journal of Clinical Nutrition coinciden con la evidencia de que las porciones grandes favorecen el consumo excesivo de comida. Expertos apuntaron a las porciones generosas de la industria alimentaria como uno de los factores que influyen en el problema de la obesidad en los Estados Unidos.

Y algunos estudios en el laboratorio de nutrición demostraron que los adultos y los niños tienden a comer más cuando las porciones son grandes. El estudio, dirigido por la doctora Jennifer O. Fisher, del Baylor College of Medicine, en Houston, incluyó 59 niños afroamericanos e hispanos de bajos recursos, grupos en riesgo de obesidad. Los niños y sus madres pasaron dos días en el Centro de Investigación en Nutrición Infantil de Baylor, donde se controló el consumo calórico diario.

Un día, las madres y los niños recibieron porciones normales de comida y "snacks"; al día siguiente, comían lo mismo, pero la porción del plato principal de cada comida era doble e incluía macarrón con queso en el almuerzo y pollo en la cena. La merienda también tenía tamaño doble. El equipo dirigido por Fisher halló que cuando los niños recibían las porciones dobles, comían unas 180 calorías diarias más de esos alimentos. Sí comían menos alimentos en porciones reducidas, pero esto no compensaba las calorías adicionales. El mismo patrón se observó en las madres, pero el efecto fue aún mayor en sus hijos, que comían un 12 por ciento más de calorías el día "de porción abundante", comparado con el 6 por ciento más que comían las madres. Es improbable que los niños comieran más el día que recibían la porción abundante porque las porciones pequeñas eran demasiado pequeñas, indicaron los autores. Y señalan que los niños comían menos de dos tercios de esas porciones.

Los resultados sugieren que las porciones abundantes favorecen un entorno alimentario que promueve la obesidad alrededor de muchos niños en los Estados Unidos. Y concluyen que se necesitan estudios de largo plazo para conocer si el tamaño de las porciones está directamente relacionado con el riesgo de obesidad infantil.

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Publicado en la revista Tha American Journal of Clinical Nutrition.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

A LOS BEBÉS QUE TIENEN DEFECTOS CARDIACOS LES VA MEJOR EN LOS HOSPITALES QUE TIENEN MAYOR EXPERIENCIA.

Un estudio halla que los centros que tienen un alto volumen de cirugías correctivas muestran niveles de supervivencia superiores

Investigadores estadounidenses concluyen que los bebés que tienen defectos cardiacos congénitos son más propensos a sobrevivir si reciben tratamiento en un hospital que tenga la mayor experiencia en el tratamiento de esos casos.

Los investigadores de la Universidad de Michigan analizaron cifras de la Base de Datos de Hospitalización Infantil 2003, financiada por la U.S. Agency for Healthcare Research and Quality, que incluye información sobre niños hospitalizados en 36 estados.

Los autores del estudio se enfocaron en dos de los defectos cardiacos congénitos más graves, transposición de arterias de las grandes arterias (TGA), en la que los vasos sanguíneos principales que conducen del corazón a los pulmones están revertidos, y el síndrome del corazón izquierdo hipoplásico (SCIH), en el que el lado izquierdo del corazón no se desarrolla adecuadamente.

Si la cirugía cardiaca no se realiza dentro de las pocas semanas siguientes al nacimiento, ambas afecciones resultan fatales. Se utiliza una operación de cambio arterial para la TGA y otra llamada procedimiento Norwood para corregir el SCIH.

En su informe en la edición en línea de Pediatric Cardiology, el equipo halló que el riesgo de que un bebé muera en el hospital durante o después de una de estas operaciones cambió radicalmente según la cantidad de estos procedimientos que hubiera realizado el hospital. Los índices de mortalidad variaron de menos de uno por ciento a más de diez por ciento para la operación de cambio arterial, y de cerca del diez por ciento a más del 35 por ciento para el procedimiento Norwood.

"La relación entre el volumen del hospital y el riesgo de muerte fue significativo en todo el espectro para ambos defectos, aunque en el caso de las operaciones de cambio arterial, la diferencia se redujo entre los hospitales que realizaban más de quince al año", aseguró en una declaración preparada la Dra. Jennifer Hirsch, autora del estudio y cardiocirujana pediátrica.

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Publicado en Healthfinder.com

martes, 18 de diciembre de 2007

PREVENCIÓN DE LA HEPATITIS "A" POSTEXPOSICIÓN

La hepatitis A es una enfermedad hepática aguda, de remisión normalmente espontánea, causada por el virus de la hepatitis A. El virus está distribuido por todo el mundo y es la causa de alrededor de 1,5 millones de casos clínicos de hepatitis al año. El único reservorio del virus es el ser humano. La transmisión se produce fundamentalmente por vía fecal-oral y está estrechamente relacionada con condiciones sanitarias deficientes.

Hasta el momento en los Estados Unidos solamente recomienda como profilaxis el uso de inmunoglobulina. Como no había sido comparada aún la administración postexposición de la vacuna con la administración de inmunoglobulina, los autores evaluaron la hipótesis de que la vacuna de hepatitis A no es inferior a la inmunoglobulina para prevenir la enfermedad en los casos de pacientes que estuvieron en contacto con el virus.

Con tal fin, en Almaty, Kazakhstan, entre octubre de 2002 y febrero de 2005 se enrolaron pacientes en un estudio randomizado y doble ciego. Los casos índices fueron identificados gracias a la vigilancia epidemiológica. Se seleccionaron contactos entre los 2 y 40 años para recibir la vacuna de hepatitis A o la inmunoglobulina dentro de los 14 días de la exposición a pacientes con Hepatitis A. De los 4524 contactos, 1414 (31%) fueron susceptibles al virus de hepatitis A y 1090 cumplían las condiciones requeridas por el protocolo del estudio. Un total de 568 de esos contactos recibieron la vacuna de hepatitis A y 522 la inmunoglobulina. La mayoría de las personas seleccionadas eran niños, con un promedio de edad de 12 años y la mayor parte recibió la profilaxis durante la segunda semana de la exposición, en un intervalo promedio de 10 días. La infección sintomática fue confirmada en 25 contactos (4.4%) de los que habían recibido la vacuna y en 17 (3.3%) de los que habían recibido la inmunoglobulina.

Con estos resultados los autores concluyeron que la protección provista fue buena tanto con la vacuna como con la inmunoglobulina. Si bien la vacuna ha sido un poco menos eficaz en prevenir la enfermedad, el criterio del estudio especificado previamente de demostrar que la vacuna no es inferior a la inmunoglobulina para prevenir la enfermedad fue alcanzado, ya que las diferencias de protección fueron mínimas. Tal vez esta diferencia debiera considerarse en forma particular en personas con riesgo incrementado de contraer la enfermedad, como son las personas mayores o aquellas con enfermedad hepática crónica. De todas maneras, la vacuna ofrece una serie de ventajas sobre la inmunoglobulina entre las que pueden mencionarse protección a largo plazo, fácil administración, mejor disponibilidad y costos. Asimismo, no debe olvidarse que el uso de inmunoglobulina en niños complica la administración de las vacunas vivas, debido a los intervalos entre dosis requeridas.

En la actualidad, ya son muchos los países en los que las autoridades de salud recomiendan la vacuna de hepatitis A como postexposición.

Comentario: La aplicación de la vacuna contra la hepatitis "A" post-exposición se refiere exactamente a la aplicación de la vacuna a la persona que ha estado en contacto con enfermos de hepatitis A o que consumió alimentos que una vez consumidos, se sabe que estaban contaminados con el virus de la hepatitis A. Sin embargo queremos insistirles la importancia de aplicar a todos los niños esta vacuna, la primera dosis a partir del primer año de edad y la segunda 6 meses después. No esperar a que esté en contacto con un enfermo para aplicársela.

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Publicado en la revista New England Journal of Medicine

lunes, 17 de diciembre de 2007

LA CONTAMINACIÓN DEL TRÁFICO DAÑA LOS PULMONES DE LOS NIÑOS ASMÁTICOS.

Un estudio encuentra que los niños que viven cerca de autopistas transitadas se enfrentan a un riesgo de más de 50 por ciento de problemas respiratorios

Los niños que sufren de asma que se exponen a la contaminación del tráfico tienen un mayor riesgo de problemas respiratorio y reducción en el volumen pulmonar, según un estudio que evaluó a niños en la ciudad fronteriza mexicana de Ciudad Juárez, un punto de cruce hacia los Estados Unidos.

"Las ciudades importantes en las fronteras del norte y del sur de los EE.UU. con frecuencia tienen altos niveles de flujo de tráfico vehicular, sobre todo en los puntos de cruce de las fronteras. Las emisiones del tráfico vehicular de la alta densidad de tráfico que cruza la frontera podría estar afectando de manera negativa la salud de las poblaciones que viven en las áreas aledañas", afirmó en una declaración preparada el autor principal del estudio, el Dr. Fernando Holguin, profesor asistente de medicina pulmonar en la Facultad de medicina de la Universidad de Emory.

Holguin y sus colegas reclutaron a 200 niños asmáticos y no asmáticos entre los seis y los doce años de edad, que habitaban en Ciudad Juárez. Durante un año, los investigadores midieron la densidad de tráfico y los contaminantes relacionados al tráfico cerca de las viviendas y escuelas de los niños. Evaluaron la función pulmonar y síntomas respiratorios de cada niño durante cuatro meses.

Los investigadores encontraron que los niños con asma, pero no los que no la padecían, resultaban afectados por vivir en casas en áreas con tráfico concurrido. Esos niños tenían niveles más altos de óxido nítrico exhalado (NO), además de reducciones tanto en el volumen pulmonar como en el flujo de aire.

Vivir dentro de 50 metros de una carretera con mucho tráfico aumentaba el riesgo de síntomas respiratorios en niños asmáticos en más de cincuenta por ciento, concluyeron los investigadores.

"Nuestros resultados muestran que una proximidad a las emisiones relacionadas al tráfico, ya sea en el hogar o la escuela, puede conllevar efectos crónicos sobre la salud respiratoria de los niños que sufren de asma", aseguró Holguin.

Los hallazgos "podrían tener implicaciones para los niños asmáticos que residen en tales condiciones, sobre todo los que tal vez no estén adecuadamente controlados con fármacos, dado que podrían ser más susceptibles a las emisiones vehiculares".

Pulblicado en la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.

domingo, 16 de diciembre de 2007

EL VIRUS DE LOS PREMATUROS

Aunque la afección sincicial respiratoria (VSR) afecta a todos en la infancia, especialistas señalan que los bebés que nacieron antes de tiempo están bajo un riesgo mayor al ser susceptibles a complicaciones como bronquitis o neumonías que, mal tratadas, pueden derivar en la muerte

Aún no es posible saber qué profesión elegirá, pero la vida de Santiago ya es, a sus tres años, todo un éxito. Con la ayuda de sus padres, sobrevivió numerosas neumonías, sepsis neonatal, un paro respiratorio, otro cardiaco y uno cerebral, enfisema pulmonar, reflujo severo, displasia broncopulmonar y rotavirus en cuatro ocasiones. Al ser un bebé prematuro, se infectó con el virus sincicial respiratorio y desarrolló padecimientos que hoy lo obligan a usar un tanque de oxígeno permanentemente; sin embargo, el haber superado todos estos males hace que Angélica, su madre, lo llame “un milagro”.

El virus sincicial respiratorio (VSR) es una afección a las vías respiratorias que la mayoría de la población adquiere en la infancia, sin advertirlo. Empero, los bebés prematuros y los que no fueron alimentados con leche materna son susceptibles de desarrollar otros trastornos al ser infectados: desde tos severa hasta bronquitis y neumonías que, no tratadas adecuadamente, pueden causar la muerte.

Es fácil confundir al VSR con una simple gripe, pues los síntomas son iguales: catarro, congestión nasal, estornudos y tos; sin embargo, los especialistas recomiendan buscar atención médica inmediata cuando se detecten síntomas más severos, como dificultad al respirar, sibilancias (silbidos) y hundimiento debajo de las costillas. Particularmente, recomiendan tomar medidas preventivas en bebés prematuros, pues de los casos de bronquitis o neumonías que requieren hospitalización, la principal causa es el VSR.

Angélica nunca imaginó todas las consecuencias que traería para Santiago el haber nacido a las 29 semanas de gestación, “Yo creía que al niño prematuro sólo le faltaba crecer, y no es cierto”, expresa. Esto se debe a que la madre transmite al bebé inmunoglobulina, anticuerpos que defienden al bebé contra las principales enfermedades como el sarampión y la hepatitis, señaló el neonatólogo Heriberto Pinto. Esta transmisión de anticuerpos se da a partir de la semana 32, por eso los prematuros no tienen esas defensas, puntualizó.

Pero la prematurez de Santiago no sólo implicó infecciones, sino también complicaciones para operarle el esófago —que ya estaba muy dañado por el reflujo— debido a las constantes neumonías, y para vacunarlo, pues no contaba con el peso mínimo para aplicarle algunas de las vacunas.

“Cuando nos entregaron a Santiago, pesaba un kilo 600 gramos después de tres meses y presentaba desnutrición severa. Yo le decía a mi esposo ‘pasa tú y si ves que la cosa está dura, me dices que no entre’, porque llega un momento en que no toleras ver tanto sufrimiento, tanto en ellos como en uno”, recuerda Angélica.

Fue hasta que ingresó en un hospital privado, que los padres del pequeño supieron que las neumonías se debían al VSR y que existen inmunoestimulantes que atacan al virus y evitan que siga causando más afecciones. Pese a que debe permanecer conectado a un tanque de oxígeno —por lo que su padre carga permanentemente con una mochila donde guarda el tanque—, y a que no es aceptado en las escuelas por esta dependencia, la calidad de vida de Santiago y su familia ha mejorado notablemente. “Esto nos da la oportunidad de llevarlo al parque”, dice su madre.

En el marco del Congreso Interamericano de Infectología Pediátrica, pediatras y neonatólogos señalaron que la prematurez, el uso prolongado de un respirador, las enfermedades cardiacas y neuromusculares, la falta de leche materna y una deficiencia inmunológica son los principales factores de riesgo para adquirir el VSR.

El pediatra Daniel Loyola advirtió que cuando se padece bronquiolitis o neumonía en los primeros años de vida, el riesgo de padecer asma es mayor. “La mayoría sigue una vida normal, pero quienes después tienen problemas, muchos de ellos tuvieron como causa el virus sincicial respiratorio”, puntualizó.

En entrevista, el especialista precisó que el virus se puede adquirir a cualquier edad, siendo los bebés el grupo más susceptible, seguido de los adultos mayores —sector en el que causa tantos trastornos como el virus de la influenza— y de quienes tienen factores de riesgo. “Puede haber un joven que tenga asma, un niño con leucemia, un adulto que fue trasplantado, también tienen riesgo”.

Por su parte, el doctor Heriberto Pinto indicó que es en ésta temporada invernal cuando aumentan las probabilidades de contraer el virus, al tratarse de una afección respiratoria similar a la influenza.

Los pediatras coincidieron en la importancia de extremar las medidas de higiene para con los bebés prematuros, así como no fumar cerca de ellos ni exponerlos a las multitudes a temprana edad, ya que podrían adquirir el virus sincicial respiratorio y desarrollar males que pudieron ser prevenidos.

“Insistir en dar el seno materno, evitar el hacinamiento, evitar exponerlo al humo del tabaco y a sitios públicos en edades tempranas; tener medidas de vacunación general”, advirtió Loyola.

“Hay que evitar las muestras de afecto directas al bebé, como besos en la cara, abrazos, hablarle a la cara; hay que aislar al familiar que tenga gripe, evitar exposición a fumadores, y en la zona de cuneros, aislar a los bebés que tengan VSR, y a los otros bebés ponerles anticuerpos, principalmente los que tengan afecciones pulmonares, cardiacas o sean prematuros”, agregó Pinto.

A ese respecto, Angélica Quintanar afirma que la prevención es una tarea de toda la familia, siendo ésta el principal foco de infección para el niño, por lo que toda su familia se ha aplicado inmunoestimulantes y vacunas.

“La prematurez es algo que no se puede prevenir ni detener cuando se presenta, pero sí hay muchas cosas que se pueden hacer por los niños prematuros para mejorar su calidad de vida. He conocido niños en las condiciones de Santiago que fueron tratados a tiempo con el inmunoestimulante y que la suerte les fue diferente”.

Publicado en el periódico El Universal

sábado, 15 de diciembre de 2007

ESPAÑA LANZA PORTAL EN INTERNET CONTRA EL CÁNCER PARA NIÑOS Y JÓVENES

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) presentó el jueves en Madrid un portal de internet dirigido especialmente a niños y jóvenes con cáncer, así como también a sus familias, médicos y profesores.

La iniciativa puede visitarse en www.aeccjunior.org.

"No es un portal dedicado fundamentalmente a información médica", explicó la psicóloga Belén Fernández, de la AECC, en una conferencia de prensa.

Su objetivo es "acompañar" a los niños y a su entorno "durante todo el proceso de la enfermedad", ofreciendo "asesoramiento y estrategias prácticas".

Realizado con la colaboración de la Fundación Inocente y la Fundación Telefónica, el portal ofrece a los más pequeños cuentos y juegos que les ayudan a comprender la enfermedad, los tratamientos y las palabras empleadas por los médicos.

Además, el sitio le brinda a los chicos una forma de combatir no sólo el cáncer sino el aburrimiento al que se exponen durante el transcurso de la dolencia.

A Javier, de 11 años y al que diagnosticaron leucemia a los 3 años y medio, lo que más le gusta es el juego de "matar células malas", según explicó Francisca Raya, que fue su profesora en el Hospital 12 de Octubre.

Los mayores de 12 años encontrarán, además de juegos, respuestas a muchas dudas que se les pueden presentar (por ejemplo, sobre sexo), videos en los que aparecen otros jóvenes contando sus experiencias y muchos consejos sobre moda, maquillaje o cuidado de la piel.

En ese sentido, se busca ayudar a los chicos a mejorar su aspecto físico a pesar de los tratamientos y sus efectos secundarios.

Y es que, tal y como reconoció Bárbara, que ahora tiene 20 años, para un adolescente lo peor del cáncer pueden ser los cambios en su aspecto.

"A los 14 años, en plena adolescencia, lo que más me importaba era mi físico: que se me iba a caer el pelo, que no iba a poder salir con mis amigas de fiesta, que no me iba a poder maquillar. Y en la página he encontrado muchas cositas que a la gente adolescente le van a venir muy bien", expresó.

El portal ofrece también espacios para los padres y los profesores, con temas como la forma de tratar a los hijos sanos de la familia, o de coordinar las tareas entre la escuela y el hospital "sin forzar la intimidad de la familia", explicó Raya.

En el 2006 se diagnosticaron 898 casos de cáncer infantil en España y otros 500 en jóvenes de entre 15 y 19 años, según datos del Registro Nacional de Tumores Infantiles.

Sin embargo, gracias a los tratamientos actuales, "alrededor del 74 por ciento de los niños y jóvenes diagnosticados con cáncer en nuestro país pueden curarse", dijo Belén Fernández. La cifra puede llegar al 90 por ciento en algunos tipos de tumores.

La AECC ha lanzado otras iniciativas en internet en el pasado, como la página www.muchoporvivir.org, dedicada al cáncer de mama. La presentación del portal va acompañada de una campaña de publicidad, que incluye calendarios y anuncios de televisión.

Leer el documento " El cáncer en los niños" (formato pdf)

Página de la Asociación Española contra el Cáncer

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miércoles, 12 de diciembre de 2007

UN SIMPLE CHICHÓN EN UN NIÑO PUEDE SER SIGNO DE FRACTURA CRANEAL

El doctor Francisco José Cambra, pediatra de la unidad de cuidados intensivos del Hospital San Juan de Dios, advierte que la aparición de un chichón tras un golpe en la cabeza no es algo tan recomendable tal como reza la creencia popular, ya que puede ser síntoma de una fractura de cráneo. De todos modos, en caso de que esa fractura se hubiera producido, no implica necesariamente que se complique con una lesión cerebral. No resulta extraño que el hueso se rompa y la masa cerebral resulte intacta.

Lo que ocurre, señala Cambra, es que los hematomas internos, los declarados dentro del cerebro, sí que son muy peligrosos y de ahí que la creencia popular haya atribuido a los chichones propiedades positivas, como si fueran un mal menor.

Cuando un menor pierde la conciencia es algo muy aparatoso, pero no necesariamente debe suponer nada grave. De todas formas, aunque se haya recuperado el sentido en un plazo de uno o dos minutos, esos niños deben ser valorados en un servicio médico de urgencias. Tanto en esos casos como si se han producido vómitos y dolores de cabeza tras el traumatismo craneal, es pertinente realizar un escáner para detectar posibles lesiones de gran envergadura que puedan requerir intervención quirúrgica, con lo que la víctima quedará ingresada en observación y, según como, en cuidados intensivos. También vale la pena acudir a un facultativo cuando el golpe en la cabeza del menor haya sido muy intenso o haya aparecido un hematoma.

El 60-70 por ciento de los menores de 3 años sufre traumatismos cranoencefálicos leves. Cuando los afectados son menores de dos años, vale la pena hacerles un seguimiento de los síntomas en aras de la prevención

Escuchar el audio (MP3)

Publicado en Vivir Mejor

martes, 11 de diciembre de 2007

DEMANDA A LOS LEGISLADORES PROHIBIR LA PUBLICIDAD DE COMIDA CHATARRA

Únete a la demanda por que sea prohibida la publicidad de comida chatarra. La demanda que se muestra a continuación la podrás enviar a los diputados y senadores miembros de la Comisión de Salud al hacer click en el enlace que aparece al final del texto.

Estimado(a) Legislador(a)

La Organización Mundial de la Salud y varios organismos científicos han reconocido que la publicidad dirigida a niños de comida con altos contenidos de azúcares, grasas y/o sal es uno de los factores que contribuyen a la epidemia de obesidad que sufre la población. Diversos estudios han demostrado que la mayor parte de esta publicidad promueve alimentos que no son recomendables para una dieta sana.

No es una coincidencia que, después de los Estados Unidos, México sea el país que más sufre esta epidemia de sobrepeso y obesidad, que en los últimos 7 años el sobrepeso y obesidad en niños de 5 a 11 años de edad haya aumentado 40% y que, al mismo tiempo, seamos uno de las naciones con mayor cantidad de anuncios de “comida chatarra” por hora en televisión.

Varios elementos contribuyen a la epidemia de sobrepeso y obesidad: la publicidad de alimentos con altos contenidos de azúcares, grasas y/o sal; el predominio de estos alimentos al interior de las escuelas; la ausencia de una campaña nacional de orientación nutricional y la falta de bebederos de agua potable en las escuelas y espacios públicos, entre otros, además de la falta de actividad física.

Es responsabilidad de usted, como legislador(a) miembro de la Comisión de Salud velar por el derecho a la salud que tenemos los ciudadanos y, en especial, los niños. El Estado mexicano y el poder legislativo y , de manera particular, las comisiones de salud de ambas cámaras, han fallado en su función de velar por este derecho. Ustedes, no han tomado las iniciativas para evitar ni prevenir esta epidemia que está afectando a la mayor parte de la población mexicana y que se ha convertido en el mayor problema de salud pública.

Me dirijo a usted en su calidad de representante popular y miembro de la Comisión de Salud para solicitarle, en esta ocasión, su intervención urgente para prohibir la publicidad dirigida a niños de alimentos con altos contenidos de azúcares, grasas y sal, de lo que popularmente llamamos “comida chatarra”.

Atentamente

Para enviar tu demanda a los legistadores haga click AQUI

lunes, 10 de diciembre de 2007

CONSEJOS PARA EVITAR ACCIDENTES POR AHOGAMIENTO

El accidente por ahogamiento es uno de los más frecuentes en esta época y puede ser evitado con el esclarecimiento de sus posibles causas y el reconocimiento de ciertas contingencias.

Unos pocos centímetros de agua y mínimos segundos de distracción del adulto “cuidador”, suelen ser suficientes para que un niño se ahogue.Según las edades, cambia el índice de riesgo de morir en bañeras, piletas de natación, u otros recipientes que acumulan agua, ríos y mares.

Aproximadamente entre los 4 y 5 años un niño podría aprender a nadar, pero no implica que no se pueda ahogar. Es preferible que aprenda a jugar y disfrutar no a entrenar para competir. El comportamiento de riesgo depende más del adulto que lo cuida que del mismo niño, es necesario determinar siempre la persona que se hará responsable, no un grupo a cargo.

La mayoría de los niños ahogados se hubieran salvado con unas pocas medidas preventivas. Por la alta frecuencia de este tipo de accidente, sería conveniente enseñar en las escuelas y clubes, técnicas de reanimación.

Entre las recomendaciones reiteradamente difundidas por la Sociedad de Pediatría: se plantea la necesidad de cercar las piscinas aunque estén en lugares privados, con una altura de por lo menos 1,20 m., con barrotes distantes a menos de 10 cm. y cerrar con llave o candado cuando no se está usando.

No dejar juguetes flotando para evitar que el niño intente tomarlos. No permitir al niño jugar en las orillas o introducirse sin salvavidas (diferentes según pesos y tamaños). Los elementos inflables con formatos de animales o colchonetas, no reemplazan al chaleco y así mismo siempre necesita la protección de un adulto que vigile y esté atento.

Los adolescentes, por su omnipotencia, necesitan más advertencia que nadie. Desde niños hay que acostumbrarlos a respetar e informarse sobre los cambios climáticos, posibles tormentas eléctricas o vientos intensos y otros datos como la profundidad y características de las aguas del lugar donde concurren a nadar. Si salen a pescar o realizan deportes acuáticos, también ellos deben utilizar salvavidas apropiados, aunque sepan nadar bien. Los juegos agresivos y los competitivos “caseros” con carreras, pruebas y zambullidas exhibidas, suelen ser de riesgo.

Además de los accidentes por ahogamiento, el agua fría, puede provocar baja importante de temperatura a niveles no siempre tolerados (hipotermia) y transmitir enfermedades infecciosas, si no se contemplan medidas higiénicas, sobretodo en piletas.

Desgraciadamente como ocurre siempre, entre el accidente evitable y su reconocimiento se necesita la triste experiencia que enseña, pero no repara el trauma.

Artículo de Mirta Guelman publicado en rosario.com

domingo, 9 de diciembre de 2007

LOS HIJOS DE MADRES DEPRIMIDAS ESTÁN EN MAYOR RIESGO DE LESIÓN

Un estudio halla que los niños varones, en especial, son más propensos a comportarse mal

Los niños pequeños hijos de madres deprimidas están en mayor riesgo de problemas de conducta y lesiones, según muestra una investigación reciente.

Un equipo del Centro médico del Hospital infantil de Cincinnati analizó los datos de 1992-1994 de más de 1,100 parejas de madres/niños que formaban parte del Estudio longitudinal nacional de la juventud.

Durante el periodo de estudio, 94 de los niños (todos menores de 6 años) sufrieron lesiones lo suficientemente serias como para necesitar atención médica. Dos tercios de las lesiones tuvieron lugar en el hogar.

Los hijos de madres que tenían puntuaciones continuamente altas en las medidas de los síntomas de depresión eran más del doble de propensos a sufrir lesiones que los hijos de madres con menores puntuaciones.

El estudio también encontró que los niños (en especial los varones) de madres con altas puntuaciones de depresión eran mucho más propensos a tener problemas de conductas y a comportarse mal.

Los investigadores concluyeron que cada incremento de un punto en la puntuación de depresión de la madre estaba asociado con un aumento de cuatro por ciento en el riesgo de lesión y de 6 por ciento en los problemas de conducta en los niños.

Esto se mantuvo incluso después de que los investigadores tomaran en cuenta un número de factores importantes como el ingreso familiar, la cobertura del seguro de salud y el nivel educativo.

La depresión de la madre podría aumentar el riesgo de problemas de conducta en los niños y, a su vez, incrementar el riesgo de lesión de los más pequeños, dijeron los autores, que agregaron que la depresión de la madre también podía resultar en una menor supervisión de los niños o en un mayor número de lesiones peligrosas en el hogar.

Publicado en la revista Injury Prevention.

SI LA MADRE ESTÁ ESTRESADA, BAJA LA PRODUCCIÓN DE LECHE MATERNA

La doctora Marta Castells, farmacéutica y experta en alimentación, explica que la leche materna no se almacena en los pechos, sino que la va produciendo el bebé a medida que va succionando. Si la madre está nerviosa o estresada, el niño lo nota y la producción de la leche materna baja.

La madre que amamanta con leche materna puede saber si el bebé ha tenido suficiente leche en cada toma comprobando si se le nota tranquilo y satisfecho, si va ganando peso de manera correcta y duerme bien.

La leche es el único alimento y el más completo para un bebé de entre 4 y 6 meses de vida. En esa fase de transición, entre los 4 y 6 meses, es cuando debe empezar a introducirse la alimentación complementaria. Durante el primer año de vida no se puede administrar leche de vaca. Los preparados especiales que existen están elaborados a partir de esa sustancia, pero están muy modificados para que puedan ser bien tolerados por los niños.

Escuchar la entrevista a la Dra. Marta Castells(audio MP3)

Publicado en Vivir Mejor

viernes, 7 de diciembre de 2007

ESTUDIOS PREVÉN ENORMES AUMENTOS EN CASOS DE OBESIDAD INFANTIL

La cantidad de niños obesos se incrementará drásticamente en los próximos años, al igual que las tasas de enfermedad cardíaca, según dos estudios realizados en Estados Unidos y Dinamarca.

"Si no tomamos medidas para revertir la tendencia, los chicos de cada generación futura parecen estar destinados a ser más gordos y enfermarse más que sus padres", señaló el doctor David Ludwig, del Hospital de Niños de Boston, en un comentario en New England Journal of Medicine, donde se publicaron los estudios.

El estudio danés, que evaluó a más de un cuarto de millón de niños en edad escolar en Copenhague entre 1930 y 1976, reveló que los chicos con sobrepeso crecieron con más problemas cardíacos, sobre todo los varones.

Cuanto más pesaban en la niñez, particularmente en la adolescencia, mayor era el riesgo de desarrollar problemas de corazón.

Por ejemplo, un chico de 13 años que pesaba 11,2 kilos más que el promedio era un 33 por ciento más propenso que un niño de peso normal a padecer un ataque cardíaco o algún otro problema causado por la enfermedad coronaria a los 60 años.

Los hallazgos "sugieren que más chicos que nunca están enfrentando mayores riesgos de enfermedad coronaria en la adultez", dijo el equipo dirigido por Jennifer Baker, del Centro de Salud y Sociedad de Copenhague.

Cerca del 17 por ciento de los varones y el 16 por ciento de las mujeres que viven actualmente en Estados Unidos, más de 9 millones de personas en total, tienen sobrepeso.

El segundo estudio indicó que de este grupo, el 25 por ciento de los chicos son actualmente obesos y que la cifra aumentará a entre el 30 y el 37 por ciento en el 2020, cuando los pacientes tendrán unos 35 años.

Para las mujeres en ese grupo, el 32 por ciento de las cuales ahora son obesas, la tasa aumentará a entre el 34 y el 44 por ciento, según el equipo de investigadores dirigido por Kirsten Bibbins-Domingo, de la University of California en San Francisco.

Esto conducirá a más casos de enfermedad cardíaca, diabetes e hipertensión a edad más joven y ni los tratamientos agresivos no bastarán para detener la tendencia, indicaron los expertos. En el 2035, la prevalencia de enfermedad cardíaca habrá aumentado entre un 5 y un 16 por ciento, estimó el equipo.

"Mis colegas y yo predijimos que la obesidad pediátrica reduciría la expectativa de vida en Estados Unidos dos a cinco años a mitad de siglo, un efecto equivalente al de todos los cánceres en conjunto", dijo Ludwig.

Publicado en la revista New England Journal of Medicine