domingo, 17 de junio de 2012

LA GUARDERÍA O ESTANCIA INFANTIL

 
No hay duda de que algunos de los mejores pacientes y clientes de un pediatra son los niños que acuden a la guardería. Está mal que lo diga, pero es una realidad. Esto se debe al alto riesgo que tiene un bebé de enfermarse en un medio en el que se encuentran muchos niños, ya que se favorece la diseminación de infecciones con gran facilidad. Una de las labores que tenemos que hacer los pediatras es advertir a los padres, desesperados porque su hijo “siempre está enfermo”, de que mientras un bebé está en la guardería existe el riesgo de adquirir todo tipo de infecciones, en especial las virales. Estamos conscientes de que los padres los envían a las guarderías no por gusto, sino por necesidad, pues ambos padres trabajan colaborando en el sustento familiar. Un estudio realizado por la Academia Americana de Pediatría concluye que un niño que asiste a la estancia infantil o guardería tiene más cuadros gripales, influenza, diarreas e infecciones de los oídos que el niño que es cuidado en su casa. En la guardería, los niños se intercambian los juguetes de unos a otros, no se lavan las manos frecuentemente, no se cubren la nariz al toser o estornudar, se meten las manos a la boca y se frotan los ojos y la nariz frecuentemente, lo que hace que se contagien de cuadros gripales y adquieran la influenza en forma inevitable; pero eso no es todo, estas infecciones virales repetidas son propicias para que el niño adquiera otras infecciones causadas por bacterias como son las de los oídos. Otro estudio de investigadores mexicanos del Centro Médico Nacional concluye esto mismo y sugiere que sea analizada en el país la calidad de los servicios de estos centros y que se revisen sus medidas de atención a los niños con el objeto de disminuir la incidencia de enfermedades respiratorias.

     Cuando los padres tienen la alternativa de seleccionar a qué guardería van a enviar a su hijo, deben darle preferencia a las que tengan menos niños y más personal que los cuide. Lo ideal es que haya un cuidador por cada 3 ó 4 y que los grupos de niños sean de entre 8 y 12 máximo pero entre menos, mejor. También es importante que el personal de una estancia sea capacitado y tenga la preparación adecuada , que no sea personal improvisado, debe de tener cursos de primeros auxilios y de resucitación cardiopulmonar. Es importante que en la guardería exista una zona separada del resto del área para cambiar los pañales -que deberán ser exclusivamente desechables- a los bebés y otra para preparar los alimentos; también es importante que sea otro personal diferente al que los cuida el que se encargue de estas labores. La persona encargada de preparar los alimentos debe lavarse las manos antes de la preparación de los alimentos y si la misma persona es la que va a alimentar al bebé, debe lavárselas nuevamente antes de alimentarlo. Todos los alimentos deben estar refrigerados y desecharse si no se consumen en un máximo de 24 horas. Es indispensable que haya suficientes lavabos para facilitar el lavado de manos frecuente del personal e instalaciones sanitarias adecuadas. El lavado constante y cuidadoso de las manos por parte del personal es una medida esencial en el control de infecciones en las guarderías; en estudios realizados, se ha demostrado una reducción del 50% en la presentación de diarrea en los centros que adoptan estas medidas. Debe haber una separación mínima de un metro entre cada cuna para disminuir la posibilidad de transmisión de gérmenes a través del medio ambiente. Los colchones, colchonetas y ropa de cama no deben de ser compartidos, a menos que sean lavados. Los juguetes que hay en una estancia deben ser lavables y poderse desinfectar cuando se cambian de un niño a otro, los bebés no deben intercambiar juguetes blandos, que no sean fácilmente lavables, como los muñecos de peluche, ya que pueden estar contaminados con secreciones infectadas. Es importante que se lleve a cabo una limpieza escrupulosa frecuente y rutinaria de todo el local incluyendo los muebles, paredes, lámparas etc. . No se recomienda que en una guardería haya alfombras y tapetes ya que son difíciles de mantener limpios y sin polvo, muchas veces se mantienen húmedos y retienen material infeccioso.

     El personal de la guardería debe mantener una comunicación con los padres, y éstos deben informar al personal sobre los síntomas previos de sus hijos y la guardería tiene que tener toda la información necesaria para localizar a los padres en caso necesario. Cuando el personal detecta que un bebé presenta fiebre, rechazo al alimento, irritabilidad , disminución de la actividad o del estado de alerta, debe informar a los padres, ya que estos datos pueden indicar el inicio de una enfermedad. Cuando los niños presentan fiebre mayor de 38.5º C, erupción o exantema en la piel acompañado de fiebre, diarrea, vómito, llanto persistente e irritabilidad, dificultad para respirar, tos persistente o color amarillo en los ojos o en la piel (ictericia), deben ser suspendidos de la guardería y se les debe avisar a los padres para que lleven a su hijo con su pediatra. Las guarderías deben de tener reglamentos bien establecidos y llevarlos a cabo para evitar infecciones entre todos los niños. Los padres deben aceptar estos reglamentos. Es frecuente que los padres se molestan porque su hijo fue suspendido por enfermedad, ya que ellos trabajan y no tienen quien se haga cargo del niño; por eso, los padres deben planear previamente quien se hará cargo de su hijo enfermo mientras está suspendido de la estancia.

     El niño que va a ser enviado a la guardería debe tener aplicadas todas las vacunas, no sólo las que se incluyen como obligatorias, sino todas las posibles. Esto incluye las vacunas contra la hepatitis A , la hepatitis B, la varicela, el meningococo C, el neumococo, de preferencia 13 valente,  el rotavirus,  y contra la influenza de aplicación anual. El personal que labora también debe de ser suspendido si se encuentra enfermo, sobre todo si tiene diarrea, enfermedades de la piel, hepatitis, tuberculosis pulmonar etc. y también para poder laborar en una guardería deben ser sometidos a exámenes médicos periódicos y tener las vacunas de algunas enfermedades -si no las padeció en la infancia- como la varicela, sarampión, rubéola y parotiditis.  Muchos adultos ignoran que ellos también pueden y deben ser vacunados sobretodo con las nuevas vacunas como la de la hepatitis a, la hepatitis b, la varicela, la tosferina acelular para adultos y otras que tienen varios años de emplearse como la de la influenza, sarampión, rubéola y parotiditis.

     Con todo lo expuesto anteriormente, quiero dejar bien claro que el niño que asiste a una guardería se enferma mucho más que el que no asiste y es cuidado en su casa, por lo que los padres deben estar bien conscientes de esta situación para no caer en la desesperación.


¿Quién debe cuidar al niño en ausencia de los padres?


© Dr. Roberto M. Murguía Pozzi                              1999- 2012

¿QUIÉN DEBE CUIDAR AL NIÑO EN AUSENCIA DE LOS PADRES?


Hace algunos días pasaban en la televisión un vídeo de un niño que fue arrojado, supuestamente a manera de juego, a una lavadora; cuando ésta se puso en funcionamiento, los bromistas no encontraban la forma de pararla. Después se supo que el culpable era el acompañante de la canguro o cuidadora y no los padres. Afortunadamente, no hubo ninguna consecuencia mayor, aunque otros casos de niños arrojados a una lavadora han tenido un desenlace fatal.

En algunos países, existe la costumbre de tener en casa a la nana o niñera, quien está dedicada exclusivamente a cuidar a los niños. Muchas veces son trabajadoras improvisadas y sin ninguna preparación para realizar esta función; en otras ocasiones, son señoras ya mayores que han tenido la experiencia de cuidar muchos niños y hasta a los mismos padres. También son frecuentes las familias que disponen de una asistenta o sirvienta, que coopera también en el cuidado de los niños, aparte de realizar las labores de limpieza del hogar. La mayoría de las veces, sigue las instrucciones de la madre pero, por lo general, no tiene ningún estudio ni experiencia en los cuidados y educación de los niños.

Recientemente, se ha puesto de moda en algunos países contratar una enfermera que hace prácticamente las labores de nana o canguro. Muchas veces, su trabajo comienza al llegar la madre a su casa saliendo de la maternidad y se dedican tan bien a atender al bebé recién nacido como si fuese su propio hijo. Por supuesto, estas madres “nunca pudieron dar pecho” ya que la enfermera le daba el biberón al bebé al mínimo llanto. Estas madres tardan en aprender, porque todo se los hacen.

Entonces nos preguntamos, ¿son las nanas, niñeras, canguros o enfermeras las más adecuadas para cuidar a los hijos en ausencia de los padres?

Tradicionalmente, las madres que trabajan inscriben a su hijo en una estancia o guardería. Las hay públicas y privadas, o en un sistema de coparticipación. En los últimos años se han reportado varios accidentes en guarderías que han ocasionado el fallecimiento de muchos niños. El 5 de junio del 2009 en la Ciudad de Hermosillo, Sonora, México, ocurrió un incendio en la guardería ABC en el que fallecieron 46 niños y niñas y hubo 76 heridos de entre 5 meses y 5 años de edad. El accidente se debió a que la guardería estaba al lado de una bodega construida con materiales muy inflamables, al igual que la guardería, lo que propagó fácilmente el incendio, además, no había puertas de emergencia ni detectores de humo ni extinguidores de incendios. Así, el fuego se propagó a gran velocidad.

Recientemente, acaba de ocurrir otro incendio en una guardería ubicada dentro de un centro comercial en la Ciudad de Doha, Qatar. En esta ocasión, los bomberos se dedicaron a apagar el incendio ignorando que dentro del complejo se encontraba una guardería infantil, por lo que tardaron mucho tiempo, un tiempo valioso, en iniciar el rescate. Fallecieron 19 personas.

Estos son dos ejemplos de incendios trágicos en guarderías, pero también ocurren numerosos accidentes todos los días y, algo muy importante, es que los niños adquieren infecciones frecuentemente. En una publicación posterior hablaremos más ampliamente de las estancias o guarderías.

También ocupan un papel muy importante en el cuidado de los nietos los abuelitos.

Entre las ventajas que tiene que los niños sean cuidados por sus abuelos es que para  estos últimos es una satisfacción dedicar su tiempo de manera libre y desinteresada a construir el futuro de sus nietos. Los abuelos vuelven a su infancia con sus nietos, juegan con ellos, reviven recuerdos felices y se sienten útiles. A muchos abuelos les basta con que les mencionen el nombre de su nieto para que tengan una inyección de vitalidad y cara de satisfacción. Los nietos son un regalo que los hace rejuvenecer.

Es obvio que la educación de los hijos le corresponde a los padres pero, en ocasiones, los padres disponen de poco tiempo para sus hijos, tiempo que nunca podrán recuperar y ahí es donde los abuelos toman un papel importante en su educación haciendo el doble papel de padres y abuelos.

Entre las desventajas que tiene que los niños sean cuidados por sus abuelitos es que no conviven con otros niños, situación importante para la socialización. Los niños en guardería aprenden a hablar más pronto si tienen comunicación con otros de su misma edad; las oportunidades de desarrollo se potencian al estar con otros pequeños. También en la guardería, los niños tendrán la oportunidad de resolver sus pequeños o grandes conflictos con otros niños preparándolos para la fuerte competencia que les espera más adelante en la vida.

Por lo general, los abuelos cuidan mejor la alimentación de los niños que sus padres, aunque la selección de alimentos depende de ellos, así que si no les gusta un alimento, como por ejemplo el hígado, no se lo darán al niño. En cambio, la alimentación en las guarderías está diseñada por nutriólogos, y toman en cuenta más el contenido nutricional que si el alimento le gustará o no al niño.

También hay que tener en cuenta que muchos abuelos, por su edad, están más para que los cuiden y no para cuidar nietos. Su condición física y mental no los hace aptos para responsabilizarse de los niños ni para actuar en caso de una emergencia.

Otro asunto que hay que considerar a la hora de tomar la decisión de quién cuidará a los niños es el aspecto económico, así que los padres lo deben tomar en cuenta para adaptarse a su presupuesto.

Al tomar la decisión de quién va a cuidar a sus hijos, los padres deben hacer un análisis de las ventajas y desventajas de cada opción  y adaptarla a sus necesidades, pero siempre velando por la seguridad de sus hijos. 

Lean también:


Mis abuelos me cuidan


Los abuelos cuidan mejor la alimentación de los nietos  




© Dr. Roberto M. Murguía Pozzi   2012

martes, 12 de junio de 2012

LA MASTURBACIÓN EN LOS NIÑOS

 
     Gran inquietud ocasiona en los padres el notar que sus hijos pequeños se manipulan los genitales, muchos de ellos en forma frecuente. Esto es lo que conocemos como masturbación y en sí es la estimulación de los propios genitales para obtener placer y satisfacción. Por esto mismo, apenas se le quita el pañal a un bebé pequeño, éste buscará la manipulación genital, la cual puede ir acompañada de erección del pene, aunque hay que recalcar que tan pequeños, estas experiencias no tienen connotaciones sexuales ni emocionales, simplemente les resulta agradable.

     Por lo menos la tercera parte de los niños preescolares presentan esta manipulación genital que les causa placer, para los 8 años el 10% de las niñas y un tercio de los niños la practican y casi el 90% de los jóvenes adolescentes y 40% de las mujeres adolescentes la practican.

     Desde muy temprana edad –5 meses– cuando el bebé aprende a asir las cosas, aprende a manipular sus genitales, especialmente el pene, pero la masturbación puede ocurrir a cualquier edad, siendo mas común en los niños de edad preescolar y en los adolescentes. Pero es a los 3 años cuando pone más atención en sus genitales buscando placer sensual manipulándose su pene o la zona de la vagina.

      Normalmente, entre los 3 y los 4 años tienen la necesidad innata de explorar sus propios cuerpos y los de sus padres, y la curiosidad sexual es una manifestación de esta necesidad. Entre los cuatro y los seis años de edad, los niños practican comportamientos relacionados al sexo, como tocarse y rascarse la zona genital, masturbándose con sus manos, poniéndose objetos en la zona genital y frotándolos en forma rítmica, en ocasiones moviendo todo el cuerpo, endureciendo y poniendo rígidas las extremidades, a veces apretando objetos entre las piernas, presentando respiración irregular, rubicundez facial y sudoración importante. Estos síntomas se pueden presentar en forma sistemática, lo que ocasiona que pueda ser confundida con transtornos del movimiento, crisis convulsivas o epilépticas, crisis de dolor abdominal o tics. En ocasiones videograbar los movimientos y enseñárselos al doctor ayuda a identificarla.  La masturbación con objetos es muy rara en la niñez y puede hacer sospechar que el niño ha tenido experiencias sexuales inapropiadas.

     La masturbación excesiva o realizada en público puede tener varias causas que incluyen ansiedad, el nacimiento de un hermanito, alteraciones en la relación madre-hijo,abuso sexual o exposición del niño al comportamiento sexual de los adultos. Recuerdo el caso de un niño que compartía la cama con los padres; la mamá se quejaba de que el padre veía videos para adultos en la recámara, pensando que el niño dormía y, desde luego, el motivo de consulta era por problemas de conducta sexual inapropiada de su hijo.

     Entre los 6 y los 11 años, existe el llamado periodo de latencia descrito por Sigmund Freud, en el que los deseos sexuales innatos están calmados; sin embargo, los investigadores han encontrado que la autoestimulación sexual para obtener sensaciones agradables a esta edad existe, pero es menos obvia que en otros periodos de la vida; en esta edad, los niños se estimulan directamente el pene y las niñas el clítoris, en forma manual o frotando sus genitales con algún objeto.

     La masturbación es normal en los niños, no hay ningún motivo para preocuparse o intentar erradicar esa conducta. Si los padres reaccionan en forma exagerada a la masturbación de un niño y lo hacen aparecer como algo sucio o perverso, le podrían dejar el mensaje de que algo malo pasa con esa parte de su cuerpo o con él mismo, y causarle un daño emocional, complejos sexuales o sentimientos de culpa. Es recomendable esperar a que sea mayor para hablarle sobre temas como la intimidad, el pudor y la privacidad de su cuerpo, por lo que es importante que los padres acepten este comportamiento como una curiosidad del niño, completamente normal.

     Podríamos considerar anormal esta conducta si el niño la practica después de los 5 o 6 años en forma premeditada y en lugares públicos, ya que a esta edad la mayoría de los niños adquieren discreción y sólo se masturban en privado.

     Respecto a los niños pequeños, los padres deben aceptar la masturbación de su hijo, que ha aprendido a practicarla y que le gusta; entonces lo único que deben hacer es controlar el lugar donde la hace, por ejemplo en el baño o su habitación, y enseñarle a evitarla en lugares públicos. Cuando esté en otros lugares, trate de distraerlo con juguetes o con alguna actividad, y si esto falla explíquele que esto sólo lo puede hacer en su cuarto y no en público. Si su hijo acude a estancia, guardería o jardín de niños, pídale al encargado que actúe distrayendo al niño y jamás "fijarle la atención en que lo que está haciendo es malo". Se ha visto que algunos niños pequeños se masturbarán menos si reciben mimos, cariños o abrazos adicionales durante todo el día, por lo que hay que procurar disponer de por lo menos una hora diaria para brindarle todo tipo de manifestaciones físicas de afecto. Por ningún motivo se le ocurra castigar a su hijo, ni califique la masturbación como mala o pecaminosa, ya que esto no sólo no funciona, sino que podría favorecer que la practique más.


Lecturas recomendas:


Pautas para diferenciar la masturbación infantil de los trastornos del movimiento.


¿Es normal la masturbación en niños? 


Masturbación en preescolares.


© Dr. Roberto M. Murguía Pozzi  

domingo, 10 de junio de 2012

CIGUATERA

 
¿Ciguatera? ¡Qué extraño nombre! Hace unos días, conversando con un colega aficionado a la pesca deportiva, me comentaba el caso de toda una familia de pescadores que horas después de comer un caldo de pescado hecho con barracuda, empezaron a presentar manifestaciones de intoxicación como vómitos, mareos, dolor del abdomen, temblores, calambres y sudoración importante. Días después presentaron debilidad muscular generalizada, comezón en todo el cuerpo y alteraciones en la sensibilidad, manifestaciones que pueden sugerir la intoxicación por ciguatera. Otros síntomas más severos son la marcha de borracho (ataxia), lenguaje farfullante, choque, disminución de la frecuencia cardiaca y estado de coma. La ciguatera es una forma de intoxicación por el consumo de algunos pescados.
Es ocasionada por un protozoario dinoflagelado que se encuentra en algunas algas, generalmente en las zonas de arrecifes; los peces que comen estas plantas se contaminan con una toxina llamada ciguatoxina, y cuando otras especies depredadoras se comen a estos pescados, se contaminan a su vez. Uno de los problemas es que esta toxina no le confiere mal olor ni mal sabor al pescado y no se destruye ni con la congelación ni a altas temperaturas, por lo que muchas veces no se detecta al probar el pescado. Entre las especies que pueden ser afectadas están la barracuda, el tiburón, la macarela, el medregal y varias especies de peces tropicales.
Acaba de ser reportado un brote de intoxicación por ciguatera por consumo de medregal o serviola en Las Islas Canarias, sin embargo ya se saben de casos en estas Islas desde hace varios años. 
En México se han reportado casos en la zona del Pacífico cercanas a Baja California por las especies serranidae y labridae. No hay un tratamiento específico y en los casos crónicos las manifestaciones neurológicas pueden permanecer durante meses. Por eso consideramos importante alertar sobre la posibildad de este tipo de intoxicación, por lo que no debe de consumir especies de pescados poco conocidas o de procedencia dudosa. ¡Ah! y por cierto, el perrito de esta familia que también consumió caldo de pescado se murió.

lunes, 4 de junio de 2012

LAS MASCOTAS

 
Actualmente, cada vez más familias tienen una mascota y ésta llega a ocupar un lugar importante en el círculo familiar. En muchos países, más de la mitad de los hogares en los que hay niños, tienen una mascota.

Las mascotas más populares son los perros y los gatos, los cuales llegan a ser buenos acompañantes de los niños.

Entre las preguntas que debemos hacernos antes de aceptar que nuestro hijo tenga una mascota están:

– ¿Qué beneficios le va a aportar esa mascota a la familia o a mi hijo?

– ¿Qué riesgo para la salud tiene la mascota que seleccionamos?, por ejemplo, ¿es transmisora de infecciones, parasitosis, puede causar alergias, puede ser agresiva y atacar, morder o arañar?

– ¿Quién se va hacer cargo de la mascota: alimentarla, limpiar su hábitat, manejar sus excrementos y restos de comida, limpiarla, vacunarla, desparasitarla, etc.?

– ¿Podemos pagar los costos que genera el mantener una mascota adecuadamente, como son las consultas con el veterinario, sus vacunas y comprar los alimentos especiales que algunas requieren?

- ¿Tengo un lugar adecuado para que la mascota tenga su propio espacio?

- La mascota que mi hijo desea, ¿será adecuada para él?

Uno de los beneficios que pueden aportar las mascotas a los niños es que les enseñan responsabilidad. Cuando un niño se encarga de los cuidados de su mascota aprende a ser más responsable, lo cual le beneficia al tener un mejor desarrollo emocional. Los niños aprenden más acerca de la vida y la muerte y cómo enfrentarla, cuando son dueños de una mascota, además se sienten apoyados y alivian su estrés más fácilmente. La interacción con los animales disminuye sus niveles de ansiedad.

Hay estudios que demuestran que los niños que cursan con trastorno de déficit de atención con hiperactividad pueden mejorar sus síntomas si son dueños de una mascota. A los niños que tienen una mascota se les facilita la interacción social, esto es importante en los niños tímidos.

Las mascotas pueden favorecer el que un niño con una enfermedad grave, una enfermedad crónica o que está desahuciado tenga mayor supervivencia y su vida sea de mejor calidad; de hecho, existen programas de "terapias con mascotas" que consisten en que un niño enfermo que se encuentra hospitalizado sea visitado en el hospital por su mascota y, algunas veces, hasta se queda en el hospital con "su amo", lo cual ha beneficiado el estado físico y mental del paciente. Estos programas deben ser escrupulosamente monitorizados y se deben sopesar los beneficios contra los riesgos de permitir la entrada de animales al hospital. Los hospitales que lo permiten deben establecer un protocolo para minimizar el riesgo de alergias y/o de trasmisión de enfermedades de los animales a los pacientes. Los animales que participan en estos programas deben estar domesticados y entrenados, se debe saber que su comportamiento puede ser predecible y adaptable. Deben ser vacunados y revisados por el veterinario y bañados antes de entrar al hospital, además, deben limitarse a estar con el enfermo y sus familiares en un área privada, donde puedan ser supervisados por personal de la salud. Los niños enfermos deberán lavarse escrupulosamente las manos después de manejar a su mascota. Todos los sitios de entrada de catéteres o sondas se deben cubrir perfectamente para evitar su contacto directo con la mascota, ya que de no hacerlo, esto podría ser la puerta de entrada para una infección. Estas políticas deben ser establecidas de acuerdo con los pediatras, especialistas en enfermedades infecciosas y su control, enfermeras y veterinarios.

Las mascotas también ofrecen ventajas para los adultos, ya que se ha demostrado que los poseedores de una mascota tienden a tener cifras más bajas de presión arterial, ya que les ayuda a relajarse, y también se han encontrado niveles de colesterol y grasas en cifras más bajas.

Uno de los problemas principales que acarrea el tener una mascota es que fácilmente son portadoras de infecciones.

Conocemos con el nombre de zoonosis a las enfermedades que pueden ser transmitidas de los animales a los humanos. Esta trasmisión se lleva a cabo de varias formas: por contacto directo con el animal, por un rasguño, por una mordida, por vía inhalada, por contacto con la orina o excremento o por contacto con un insecto artrópodo que funciona como intermediario.

Las enfermedades infecciosas que adquieren los niños por medio de su mascota pueden ser causadas por organismos como los hongos, las bacterias, los parásitos o los virus y las ricketsias. Algunas enfermedades son muy raras, como la plaga o la rabia, y otras muy frecuentes, como las infecciones intestinales por salmonela o por campilobacter.

Los niños pequeños que tienen una mascota son más propensos a adquirir una enfermedad, ya que por su edad tienden a llevarse las manos a la boca, por lo que la vía fecal-oral o el contacto directo es la forma más frecuente de que un niño adquiera una enfermedad transmitida por su mascota. Los pequeños no se lavan las manos después de manejar a su mascota si no son estrechamente supervisados.

Además de las infecciones y de los traumatismos, las mascotas también pueden ocasionar enfermedades alérgicas a los niños, generalmente por alergia a los pelos del animal, pero también a las escamas, plumas, etc.

En otro artículo revisaremos específicamente las enfermedades transmitidas por perros, gatos y otros animales usados como mascotas, pero las siguientes recomendaciones generales ayudarán a prevenir que sus hijos adquieran infecciones parasitarias transmitidas por los animales:
 
  • Practique una buena higiene: lávese sus manos y haga que sus hijos se las laven frecuentemente, especialmente después de manejar la mascota o limpiar sus desechos.

  • Recoja los desechos de las mascotas de los patios y jardines por lo menos tres veces por semana. Es mucho mejor si lo puede hacer diariamente.

  • No permita que sus hijos caminen descalzos o se acuesten o se sienten en el piso donde puede haber excremento de las mascotas.

  • Al remover los excrementos de las cajas especiales para los gatos lávese las manos en forma inmediata.

  • No permita que sus hijos beban agua de las fuentes ni de algún otro lugar que pudiera estar contaminado con heces de los animales.

  • Desparasite a sus mascotas en forma regular de acuerdo a las instrucciones de su veterinario.

  • Mantenga a su mascota libre de pulgas.

  • Mantenga limpia a su mascota y báñela después de haberla desparasitado.

Para terminar, quisiera insistir en que tener una mascota sana ayudará a tener un hijo sano.