
Cuando los padres tienen la alternativa de seleccionar a qué guardería van a enviar a su hijo, deben darle preferencia a las que tengan menos niños y más personal que los cuide. Lo ideal es que haya un cuidador por cada 3 ó 4 y que los grupos de niños sean de entre 8 y 12 máximo pero entre menos, mejor. También es importante que el personal de una estancia sea capacitado y tenga la preparación adecuada , que no sea personal improvisado, debe de tener cursos de primeros auxilios y de resucitación cardiopulmonar. Es importante que en la guardería exista una zona separada del resto del área para cambiar los pañales -que deberán ser exclusivamente desechables- a los bebés y otra para preparar los alimentos; también es importante que sea otro personal diferente al que los cuida el que se encargue de estas labores. La persona encargada de preparar los alimentos debe lavarse las manos antes de la preparación de los alimentos y si la misma persona es la que va a alimentar al bebé, debe lavárselas nuevamente antes de alimentarlo. Todos los alimentos deben estar refrigerados y desecharse si no se consumen en un máximo de 24 horas. Es indispensable que haya suficientes lavabos para facilitar el lavado de manos frecuente del personal e instalaciones sanitarias adecuadas. El lavado constante y cuidadoso de las manos por parte del personal es una medida esencial en el control de infecciones en las guarderías; en estudios realizados, se ha demostrado una reducción del 50% en la presentación de diarrea en los centros que adoptan estas medidas. Debe haber una separación mínima de un metro entre cada cuna para disminuir la posibilidad de transmisión de gérmenes a través del medio ambiente. Los colchones, colchonetas y ropa de cama no deben de ser compartidos, a menos que sean lavados. Los juguetes que hay en una estancia deben ser lavables y poderse desinfectar cuando se cambian de un niño a otro, los bebés no deben intercambiar juguetes blandos, que no sean fácilmente lavables, como los muñecos de peluche, ya que pueden estar contaminados con secreciones infectadas. Es importante que se lleve a cabo una limpieza escrupulosa frecuente y rutinaria de todo el local incluyendo los muebles, paredes, lámparas etc. . No se recomienda que en una guardería haya alfombras y tapetes ya que son difíciles de mantener limpios y sin polvo, muchas veces se mantienen húmedos y retienen material infeccioso.

El niño que va a ser enviado a la guardería debe tener aplicadas todas las vacunas, no sólo las que se incluyen como obligatorias, sino todas las posibles. Esto incluye las vacunas contra la hepatitis A , la hepatitis B, la varicela, el meningococo C, el neumococo, de preferencia 13 valente, el rotavirus, y contra la influenza de aplicación anual. El personal que labora también debe de ser suspendido si se encuentra enfermo, sobre todo si tiene diarrea, enfermedades de la piel, hepatitis, tuberculosis pulmonar etc. y también para poder laborar en una guardería deben ser sometidos a exámenes médicos periódicos y tener las vacunas de algunas enfermedades -si no las padeció en la infancia- como la varicela, sarampión, rubéola y parotiditis. Muchos adultos ignoran que ellos también pueden y deben ser vacunados sobretodo con las nuevas vacunas como la de la hepatitis a, la hepatitis b, la varicela, la tosferina acelular para adultos y otras que tienen varios años de emplearse como la de la influenza, sarampión, rubéola y parotiditis.
Con todo lo expuesto anteriormente, quiero dejar bien claro que el niño que asiste a una guardería se enferma mucho más que el que no asiste y es cuidado en su casa, por lo que los padres deben estar bien conscientes de esta situación para no caer en la desesperación.
¿Quién debe cuidar al niño en ausencia de los padres?
¿Quién debe cuidar al niño en ausencia de los padres?
© Dr. Roberto M. Murguía Pozzi 1999- 2012
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