jueves, 7 de agosto de 2008

VACUNANDO A LOS CHICOS PARA SALVAR A LAS CHICAS

Los fabricantes de la vacuna Gardasil instan a las jovencitas a protegerse contra el virus del papiloma humano, o VPH, que causa cáncer cervical. Pero falta una cosa en su campaña publicitaria, llena de jóvenes activas y absolutamente encantadoras: los muchachos.

El virus vinculado con el cáncer se transmite sexualmente. Cuando una joven se contagia del virus, casi con seguridad provino de un muchacho.

Gardasil hasta ahora sólo está aprobada en Estados Unidos para las jóvenes. Se les puede vacunar desde los nueve años, aunque se recomienda para niñas de once y doce años, antes de que se vuelvan sexualmente activas.

En algún momento de este año, Merck presentará datos a la Dirección de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) en busca de aprobación para administrar Gardasil a los varones. En Australia, México y países de la Unión Europea, la vacuna ya está aprobada para ellos.

Aunque Gardasil también protege contra las verrugas genitales, que no ponen en peligro la vida, la principal razón para extender la aprobación a los hombres sería desacelerar los índices de cáncer cervical.

¿Acaso los padres de varones accederán a un régimen de tres inyecciones que se ha comercializado como benéfico para las niñas? ¿Qué argumento de venta se puede utilizar con los padres de muchachos? Piense en el altruismo y la responsabilidad. ¿Nos atreveríamos a mencionar la caballerosidad? Sí, y también algunos detalles explícitos sobre las verrugas genitales y la transmisión sexual.

Madeline Cattell, consultora de diseño de interiores, en Beverly, Massachusetts, y madre de dos varones, de ocho y doce años, nunca le prestó mucha atención a Gardasil, al asumir que era una vacuna para un género específico dirigida a una enfermedad de un género específico. Se sorprendió al saber que un día podrían ofrecérsela a sus hijos.

“Uno no quiere decir que sólo sea problema de las jovencitas”, comentó Cattell. “Pero mis hijos no contraerán cáncer cervical y las verrugas genitales son curables. Me siento muy escéptica. ¿A qué riesgos los expondré?”

Cuando Gardasil fue aprobada por la FDA, en 2006, fue blanco de ataques por su alto costo. Los grupos conservadores temieron que promovería la promiscuidad.

Pero incentivado por recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Merck distribuyó trece millones de dosis sólo en Estados Unidos.

En 2007, las ventas mundiales de Gardasil le redituaron 1.500 millones de dólares. Gardasil protege contra cuatro tipos de VPH. Dos han sido encontrados en el 70 por ciento de los casos de cáncer cervical. Los otros dos tipos representan el 90 por ciento de las verrugas genitales, que afectan tanto a hombres como a mujeres.

“Tenemos un beneficio muy claro que ofrecemos a los hombres”, apuntó Richard M. Haupt, director ejecutivo de investigación clínica en Merck, al referirse a las verrugas, “aun si no creen que necesitan tener una razón altruista para vacunarse”.

Muchos padres descartarán automáticamente la Gardasil.

Ven a la industria farmacéutica en general, y a las vacunas en particular, con sospecha. Barbara Goodstein, ejecutiva de seguros de Manhattan, quien tiene una hija, de diez años, y un hijo, de doce, planea rehusar vacunarlos a ambos. “Yo no les daría a niños tan pequeños una vacuna sin múltiples generaciones de investigación”, afirmó.

Una vacuna competidora, desarrollada por GlaxoSmithKline para proteger a las mujeres de entre diez y 55 años, está bajo revisión de la FDA. La compañía estudia su vacuna, Cervarix, en niños así como niñas en Finlandia.

Cervarix no protege contra las verrugas genitales, pero se han incluido a varones en la prueba para ver si vacunarlos ayudará a erradicar el cáncer cervical. Eso es suficiente para algunas madres.

“Si hubiera una vacuna que pudiera aplicarme y que eliminara el cáncer de próstata, ¿por qué no lo haría?”, reflexionó Lisa Lippman, agente de bienes raíces de Manhattan con tres hijos.

“Si existiera una vacuna que los hijos pudieran administrarse y que eliminara el cáncer de mama, la mayoría de los padres no dudaría. Pero el cáncer cervical es el ‘cáncer sexual’”

El cáncer cervical mata a 250 mil mujeres al año a nivel mundial. El VPH es la infección de transmisión sexual más común.

No obstante, la mayoría de las personas que están infectadas no tienen síntomas y pueden transmitirla sin saberlo.

Publicado en The New York Times