jueves, 5 de junio de 2008

CÓLICO DEL LACTANTE

Los cólicos es uno de los problemas más frecuente en los niños, de hecho es la consulta más frecuente a los pediatras por lo que respecta a los bebés desde su nacimiento hasta los 4 meses. Los cólicos se manifiestan en forma de espasmos abdominales, acompañados de un llanto incontrolable y de evidentes manifestaciones de dolor por parte del pequeño.

¿Cuál es la causa verdadera del cólico del lactante?

Esa duda aún no está suficientemente aclarada; se habla de una inmadurez del aparato digestivo del niño, lo que hace que, cuando llega el alimento, le pueda producir una disfunción. Esos cólicos ponen en una situación crítica a los padres, que lo pasan muy mal porque los niños lloran con un llanto muy intensos en forma de crisis, los niños están irritables, tienen distensión abdominal, a veces también flexionan las piernas, tienen una expresión facial de dolor.

Hay unas características que son muy peculiares de los lactantes, la regla del 3: suelen aparecer antes del 3º mes, lloran durante unas 3 horas, mas de 3 días a la semana y durante más de 3 semanas.

El niño entre cólico y cólico está perfecto; come, juega y crece de manera normal. Los padres lo pasan muy mal, necesitan el apoyo del pediatra que debe desdramatizar la situación y el apoyo de familiares y amigos.

Se trata de un cuadro benigno, pasajero y autolimitado. Hay una serie de circunstancias que facilitan el cólico como cuando los niños comen de forma excesiva o cuando tragan mucho aire. Cuando toma el pecho o el biberón chupa con ansiedad y esto hace que trague más aire y produzca una aerofagia. Ese aumento del aire en el intestino va a favorecer la aparición de los cólicos. También el estreñimiento puede favorecer los cólicos.

Con la ansiedad familiar que se va creando alrededor de los cólicos se va creando un circulo vicioso.Cuanto más fisiológico sea la disposición de una tetina, mejor. La lactancia artificial debe asemejarse lo más posible a la lactancia natural; lo mismo ocurre con las leches de fórmula, que cuanto más perfeccionadas mejor, aunque nunca se producirá una leche tan buena como la materna y una habrá un envase tan bueno y tan bien diseñado como el pecho materno.

La industria investiga para que los biberones se adapten a las condiciones fisiológicas y el niño pueda chupar en las mayores condiciones posibles, evitando la aerofagia y haciendo que la succión sea lo más parecida a lo que se produce cuando el niño toma el pecho materno.

El eructo se ha de hacer siempre, a mitad de la toma y cuando se acaba. Se debe poner sentado o incorporado, la madre debe darle unas palmaditas en el hombro.

El niño tiene la capacidad, no sólo a través de sus labios, sino también con sus encías que tienen unos rodetes que se adaptan perfectamente no solamente al pezón sino también a la areola. Hacen la succión y de esta manera extraen el contenido de la leche de los conductos galactóforos del pecho materno. Esta perfecta conjunción entre los labios del niño y el pecho materno se está tratando de reproducir en las tetinas para asemejarla lo más posibles.

La hora de comer debe ser un momento de gozo, de tranquilidad, de encuentro familiar, en el que no haya tensión, por eso no debe haber ruidos; eso debe ser así desde el momento del nacimiento.

Los niños no se deben eternizar ni tomando el pecho ni tomando el biberón; durante la lactancia materna no debe alargarse demasiado porque pueden producirse grietas en el pecho, la madre debe tener una higiene perfecta después de dar el pecho. Hay que poner al niño en una postura que sea cómoda, lo más fisiológica posible para que el niño no regurgite y acomodarlo en el regazo; en la misma postura que se da el pecho debe darse el biberón.

La ventaja del biberón es que pueden darlo los padres y así que se impliquen en la alimentación de sus hijos.

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