La mayoría de los niños pequeños hospitalizados por fracturas suelen ser víctimas de abuso, según un artículo publicado en la revista Pediatrics.
"Uno de los principales desafíos en el campo del maltrato infantil es determinar la frecuencia del abuso", escribió el equipo del doctor John M. Leventhal, de la Escuela de Medicina de la Yale University, en New Haven, Connecticut.
Los autores usaron la base de datos pediátrica Kids' Inpatient Database (KID) para analizar la proporción de chicos con fracturas que podían atribuirse al abuso entre la población pediátrica hospitalizada menor de 36 meses de edad.
La base de datos posee información del alta hospitalaria del 80 por ciento de las internaciones pediátricas por problemas agudos en Estados Unidos para tres períodos: 1997, 2000 y 2003.
El equipo halló que el abuso era la causa de fractura en el 12 por ciento de los niños hospitalizados menores de 36 meses de edad. Los porcentajes para cada año fueron del 11,9 para 1997 y el 2000 y del 12,1 por ciento para el 2003.
La proporción de fracturas atribuibles al abuso disminuyeron a medida que aumentaba la edad.
En el 2003, por ejemplo, la proporción de casos atribuidos al abuso era del 24,9 por ciento entre los menores de 12 meses, del 7,2 por ciento entre los niños de 12 a 23 meses y del 2,9 por ciento entre aquellos de 24 a 35 meses de edad.
La incidencia de las fracturas por abuso en el 2003 fue de 15,3 casos por cada 100.000 niños menores de 36 meses.
Entre los menores de 12 meses, la incidencia era de 36,1 casos por cada 100.000 niños. La incidencia disminuyó a 4,8 casos por cada 100.000 chicos de entre 12 y 23 meses y a 4.8 casos por cada 100.000 niños de entre 24 y 35 meses de edad.
"Los programas de prevención del abuso y maltrato en general, y de los traumas de cabeza por maltrato en particular, aumentaron y el desafío es que se demuestre una reducción de la ocurrencia de lesiones graves por abuso", destacó el equipo.
"La disponibilidad de información de las bases de datos administrativas, como KID, ayudarían a controlar las variaciones en la incidencia de las lesiones graves entre los niños hospitalizados en el largo plazo y a comparar la incidencia de esos fenómenos en distintas regiones", dijo el autor.