Debutan en el mundo del consumo desde los primeros meses de gestación. Gran parte del presupuesto familiar se destina a garantizar sus necesidades básicas.
“Los niños son consumidores, unos grandes consumidores, no controlan su conducta como consumidor, si a los adultos de repente nos llega a costar trabajo a los niños les cuesta más. Están en proceso de maduración y, por lo mismo, para ellos el gasto, el hecho de comprar algo es un regalo, quieren gastar, quieren comprar”, comentó Roberto Bello, director de Estudios Sobre Consumo de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Expuestos por largas horas ante la televisión, se convierten en blanco fácil para comprar las marcas que ofrece la publicidad.
“Los niños actualmente están siendo bombardeados de una publicidad que los incita a ir y a exigirle a sus papás que les compren determinado producto”, dijo Fernando García Sais, investigador del ITAM.
“La estrategia es buscar en el niño que demanda la compra del producto y fastidie, le llaman en inglés "nack factor", es el fastidio del niño por la compra del producto y está claramente medido cómo ese fastidio incrementa las ventas de ciertos productos, incrementa las visitas a ciertas cadenas de comida rápida, a parques de diversión, entonces toda la publicidad va en ese sentido”, expresó Alejandro Calvillo, analista.
En una hora, en un solo canal, se transmiten 39 comerciales para niños, casi la mitad son de alimentos, en su gran mayoría chatarra.
“Los niños pasan largas horas frente a la televisión, a estas edades, edades de preescolar, estamos hablando de 5 a 7 horas diarias frente a la televisión, no hay selección, no hay quien los acompañe, engullen todo lo que pasa por enfrente, los niños ven todo desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche”, manifestó Lourdes Roca, investigadora del Instituto Mora.
En México, la televisión abierta ofrece escasa programación dirigida especialmente para los niños, contrario a la televisión por cable.
“Los canales especializados en niños claramente están descubriendo que hay un mercado muy fuerte ahí. Desde el momento que la industria ve un gran mercado en los niños como consumidores empieza a modificar todos los ámbitos y las necesidades de los niños, cuando nosotros éramos pequeños construíamos el juego ante nosotros. Sin embargo, ahora cada vez los niños dependen más de los artículos que se les venden para jugar”, indicó Calvillo.
Abrir la puerta al consumo de productos para niños incluye una larga lista de artículos elegidos por el menor. De lo contrario el costo para los padres puede ser un mal rato.
“Hemos visto muchas veces cómo un niños puede hacer un berrinche muy grande, por una cosa, un juguete principalmente, incluso un dulce, y ya que lo tiene se acaba el berrinche, es el tener las cosas, el hecho de obtener las cosas lo que muchas veces buscan, y ahí es donde los padres tienen que influir en la conducta, enseñarles el valor del ahorro enseñarles que el dinero para ellos puede ser mágico”, declaró Bello.
En el recreo escolar la conversación gira alrededor de consumo, marcas, de lo que tienen los otros compañeros y dónde se puede comprar algún producto o quién se lo ha de regalar.
En la era digital y de las telecomunicaciones, los niños representan un gran nicho de mercado. Su entretenimiento involucra sofisticados aparatos artículos con un alto precio. Y es que el consumo infantil no tiene fronteras. En otros países, incluso, se organizan grandes ferias del juguete.
“Los niños tienen celulares ahora, ellos tienen iPods, tienen sus propias computadoras. Entonces, realmente cuando hablamos de 40 a 50 dólares en juguetes tecnológicos, dejas de lado los 250 dólares del iPod, es una pequeña diferencia, que parece razonable”, opinó Chris Byme, analista.
Para atraer la mirada de los más pequeños, las marcas se valen de todo tipo de estrategias a fin de colocar sus productos y hacer que quienes ponen un pie en las tiendas salgan con las manos llenas y el bolsillo vacío.
Organizaciones de consumidores en México buscaron frenar el consumismo infantil. Diseñaron, incluso, la Guía del Pequeño Consumidor para orientar a los niños sobre todo tipo de trucos en la publicidad.
Ellos descubren que en algunos anuncios las cámaras se acercan tanto al producto que parece mucho más grande de lo que en realidad es; también invitan al niño a quitar el sonido a los comerciales para descubrir que se escuchan con mayor volumen que los programas, pero no siempre da resultados.