La Secretaría de Salud y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) no tienen certeza de cuántos menores son abusados física, sicológica y sexualmente en el país. Tampoco la Secretaría de Educación Pública conoce cuántos casos hay en un ciclo escolar.
“Los abusos sexuales son frecuentes en los centros escolares (en las aulas, baños o vestidores) simplemente porque allí se encuentran más niños y menos adultos para cuidarlos”, explica Luis Botello Lonngi, doctor en sicología por la Universidad Complutense de Madrid.
Según la Organización Mundial de la Salud, el abuso sexual infantil es el tocamiento sutil o rudo del cuerpo de un menor con el propósito de generar placer sexual en el adulto. También mostrar contenido sexual-pornográfico a un niño o adolescente y exhibir el cuerpo parcial o completamente desnudo de un adulto a uno o varios pequeños.
Tocar la piel (espalda, pecho y genitales, entre otras partes) de manera erótica es abuso sexual infantil, más aún cuando se introducen objetos en el ano, labios vaginales mayores, boca o vagina. Asimismo, mostrar pornografía significa abuso.
El abuso sexual (que puede ocurrir una o varias veces) es un acto en que un adulto lastima a menores de edad. Entre las secuelas figuran las físicas, fisiológicas, hormonales, de desarrollo, mentales y habilidades sociales y emocionales.
Con el fin de evitar que el niño sea abusado es fundamental darle herramientas que le permitan defenderse. “En principio es necesario que el menor conozca su cuerpo, que lo explore para que comprenda que le pertenece.
También es importante brindarle información respecto de la reproducción, sin emplear imágenes o frases como las florecitas y abejitas se unen y forman insectos, es imprescindible que se llame a las partes corporales por su nombre”, advierte Botello Lonngi, quien escribió el manual Prevención del abuso sexual en niños y niñas. Una perspectiva con enfoque de derechos, (2008) publicación desarrollada por FAI Save the Children México con el financiamiento de Pfizer.
En dicho manual, el autor indica que la interacción con otros niños, niñas y adultos, les permitirá a tus hijos construir sus propios juicios. Esta sana convivencia con otros semejantes a él, le permitirá desarrollar el sentido de respeto, primero a su propio cuerpo y luego al de otros individuos. Del mismo modo disfrutará y conocerá las herramientas que integran las buenas relaciones entre adultos y niños, sin que observe abusos o faltas de ningún tipo.
“Sin embargo, el ‘respeto ciego’ para con otros adultos que muchos padres fomentan en sus hijos conlleva un alto riesgo, porque los abusadores de niños buscan a aquellos que son débiles de carácter o que no conocen y conviven con otras personas. Ese tipo de niños no saben decir no o tienen miedo a los castigos que los abusadores afirman le harán a ellos o a la familia”, advierte Botello Lonngi.
En torno del abuso sexual hay creencias erróneas que impulsan el incremento de los casos. No deje que siga sucediendo, evite los siguientes mitos: creer que el abuso no existe o que son poco frecuentes, que sólo lo sufren las mujeres o únicamente lo realizan los hombres; que el agresor es un total desconocido, que si sucede en la familia se notará de inmediato; que ocurre sólo una vez; que sucede sólo en estratos pobres y marginados; que los niños mienten y crean fantasías; que los abusos sexuales suceden sólo con violencia, por eso fácilmente lo notarás y, finalmente, que es un asunto privado y no debe denunciarse. Todas las anteriores frases son completamente falsas.
Puede realizar un ejercicio práctico con cada uno de sus hijos en lo privado y observe cómo actúan. Si considera que no es lo suficientemente capaz de cuidarse por sí mismo, tome medidas para protegerlo.
Aconséjelo respecto de cómo actuar en caso de peligro, dele una respuesta precisa y evite que otras personas le digan qué hacer.
Algunas preguntas que puede hacerle a sus hijos son:
* Si el vecino te dice: Te doy un regalo si te acaricio en secreto. ¿Qué le responderías?
* si un familiar te invita: Vamos a un lugar porque te voy a tocar y te gustará, pero no le digas a nadie, ni siquiera a tus papás. ¿Tú qué harías?
* Si un amigo de tu papá te dice: Te regalaré muchos juguetes y dulces si me dejas verte sin ropa. ¿Qué le responderías?
* Si un adulto de la escuela te propone: Si te quedas en el recreo para que veas mi cuerpo te daré un diez en la tarea. ¿Qué le dirías?
Al término de las respuestas, no lo regañe ni critique, simplemente escúchelo y pida ayuda profesional si nota que no sabe defenderse.