Casi la mitad de las madres participantes en el programa "Women, Infants and Children" (WIC) cumplen las recomendaciones sobre cómo debe dormir un bebé.
Pero casi un tercio admite que comparte la cama con el niño, lo que es un factor de riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), demostró un nuevo estudio publicado en Journal of Pediatrics.
Tras recordar que la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) aconseja que los bebés duerman en la habitación de los padres, pero en su propia cuna, la doctora Linda Y. Fu señaló: "Insistimos en que los padres deben cumplir esas recomendaciones y compartir la habitación con su bebé, pero no la cama".
Fu, del Centro Médico Nacional para Niños en la ciudad de Washington, fue coinvestigadora del estudio.
A partir de 1992, cuando AAP estableció por primera vez que los bebés deben dormir boca arriba, los casos de SMSL disminuyeron un 50 por ciento, señaló el equipo.
Sin embargo, las tasas no siguieron bajando en los últimos cinco años, lo que genera dudas sobre otros factores de riesgo, como compartir la cama con el bebé.
La AAP recomendó en el 2005 que los bebés compartan la habitación, pero no la cama, de los padres hasta cumplir un año; esto les facilitaría el control del niño.
Para conocer los factores que determinan cómo los padres eligen dónde dormirán sus bebés, el equipo estudió a 708 madres de niños de hasta 8 meses de edad que recibían ayuda de un programa federal para familias de bajos recursos.
Los autores hallaron que el 48,6 por ciento de las mujeres compartía la habitación, pero no la cama con su bebé; el 32,5 por ciento compartía la cama con su bebé y en el 18,9 por ciento, el bebé tenía su propia habitación.
Las madres adolescentes eran más propensas a compartir la cama, ya que tenían menos información. Las madres afroamericanas compartían la cama más frecuentemente que las de otras etnias.
Ser afroamericana y madre soltera eran dos factores de riesgo de SMSL, precisaron los autores.
Se desconoce aún por qué compartir la cama está asociado con el SMSL. "No sería en sí por el hecho de compartir la cama, sino de ciertas características, como usar colchones blandos o varias sábanas", dijo a Reuters Health.
Algunas familias, comentó el equipo, no tendrían los recursos para comprar una cuna o un moisés para sus bebés y varias ciudades, incluida Washington, poseen programas de distribución gratuita de cunas para ayudar a esas familias.
Publicado en Journal of Pediatrics, octubre del 2008