LA TELEVISIÓN PODRÍA ESTAR AFECTANDO EL SUEÑO DE SUS HIJOS.
Los expertos señalan que ver televisión, sobre todo antes de ir a la cama, está asociado con patrones de sueño irregulares para los más pequeños
Puede parecer una buena idea: dejar a su hijo pequeño ver un poco de televisión para ayudarlo a dormir.
Pero un cuerpo creciente de investigación halla que los bebés y los niños menores de tres años que ven televisión, incluso mucha TV durante el día, se enfrentan a interrupciones del sueño y a horarios irregulares para ir a la cama o para tomar la siesta.
"Sabemos que muchos padres, quizás demasiados, confían en la tele y los videos como parte de la rutina de sueño de sus hijos", señaló el Dr. Dimitri Christakis, pediatra de la Universidad de Washington y coautor de "The Elephant in the Living Room: Make TV Work for Your Kids" (El elefante en la sala: Haga que la televisión beneficie a sus hijos).
"Ver televisión antes de ir a la cama hace que para los niños sea más difícil conciliar el sueño", agregó. "Hay datos científicos que lo avalan".
Como prueba, Christakis hizo alusión a un estudio reciente que dirigió junto con otra colega, la Dra. Darcy Thompson de la Universidad de Washington, que halló que los niños menores de 3 años que veían televisión estaban en mayor riesgo de alteraciones del sueño. Otros estudios han analizado los efectos de ver televisión en niños mayores y adolescentes, y también han encontrado una relación entre la televisión, las alteraciones del sueño y horas más tardías para ir a la cama.
Christakis y Thompson examinaron los datos de una encuesta nacional de niños entre los cuatro y 35 meses de edad, y evaluaron las entrevistas realizadas a los padres de más de 2,000 niños. El resultado: el 27 por ciento de los niños tenía horarios irregulares para ir a la cama y casi el 34 por ciento tenía horas irregulares para tomar la siesta.
El problema es que el número de horas frente a la televisión estaba asociado con una mayor probabilidad de horario de sueño irregular, aunque no pudo establecerse de modo definitivo una relación de causa y efecto. En promedio, los bebés menores de doce meses veían 0.9 horas de televisión; los de doce a 23 meses 1.6 horas diarias; y los de 24 a 35 meses 2.3 horas al día.
Thompson explicó que tener un horario regular de sueño es importante, porque influye sobre la calidad y la cantidad de sueño de los niños. Y los hábitos de sueño saludables pueden prevenir problemas como resistencia a la hora de acostarse o despertarse por las noches, apuntó.
Thompson destacó que una posible explicación era que ver televisión puede hacer que el horario de sueño sea irregular. Otra es que el sueño irregular conduce a ver más televisión, un tipo de círculo vicioso.
Otra duda es si el momento de ver televisión, por ejemplo, antes de acostarse, tiene un impacto sobre el sueño. En teoría, razonó Thompson, los niños que ven muchos programas de contenido violento o inapropiado para su edad podrían experimentar alteraciones del sueño sin importar la hora a la que ven esos programas. Otros podrían argumentar que ver contenidos perturbadores antes de ir a la cama bloquea el sueño.
El mensaje de fondo, de acuerdo con Christakis, es el siguiente: "Si su hijo tiene problemas para dormir, preste atención a sus hábitos televisivos y vea si tienen algo que ver. No es necesario modificar sus hábitos si no tiene problemas para dormir".
La Dra. Nancy Maynard, pediatra de la Clínica de Great Falls en Great Falls, Montana, estuvo de acuerdo.
"Les digo a los padres que es bueno limitar la cantidad de televisión durante el día a menos de dos horas frente a una pantalla, ya sea de televisión, computadora o videojuegos", destacó.
"Además, no es bueno usar la televisión como ayuda para ir a la cama", recomendó Maynard. Esto es así incluso para los estudiantes de secundaria, agregó.
Maynard dijo que entendía porque los padres de niños pequeños pueden verse tentados a aparcar sus niños frente a la televisión antes de acostarlos. "Les ayuda a permanecer en un mismo lugar. Pero no les ayuda a hacer los cambios que el cerebro necesita para pasar al estado de sueño. Y puede que hasta lo empeore. La información visual pone a los niños más activos".
"Lo veo como ir a una feria", le dice Maynard a los padres cuando les recomienda que no permitan que sus niños vean la tele antes de acostarse. "Usted está en mitad del camino, con todas esas luces y ruido. No sé cómo muchas personas pueden relajarse en ese tipo de ambiente".
¿Tiene un niño pequeño con problemas para dormir? Los National Institutes of Health le ofrecen estas sugerencias:
- Fije una hora regular para ir a la cama cada noche y conviértala en un hábito.
- Cree una rutina de relajación para ir a la cama, como dar a su hijo un baño caliente o leerle un cuento.
- Haga alguna actividad relajante después de cenar. Demasiada actividad antes de acostarse puede mantener a los niños despiertos.
- Evite dar al niño comidas abundantes cerca de la hora de ir a la cama.
- Evite dar al niño bebidas con cafeína menos de seis horas antes de ir a la cama.
- Ajuste la temperatura de la habitación para que sea confortable, que no esté ni demasiada caliente ni fría.
- Asegúrese de que la habitación esté oscura. Si es necesario, utilice una lámpara de noche pequeña.
- Mantenga el ruido a un nivel bajo.
mipediatra, trastornos del sueño, mupr5301272wa,