viernes, 7 de noviembre de 2008

LOS NIÑOS QUE DUERMEN POCO PODRÍAN SER FUTUROS OBESOS

Dormir bien todas las noches protegería a los niños de ser adultos obesos, sugirió un nuevo estudio.

Un equipo de investigadores halló entre más de 1.000 personas estudiadas desde el nacimiento hasta los 32 años, que las que habían dormido muy pocas horas durante la niñez eran más propensas que el resto a ser adultos obesos.

Aún tras considerar otros factores, como el peso infantil, la exposición a la televisión y el nivel de actividad física en la adultez, esa relación entre la falta de sueño y el riesgo de obesidad se mantenía durante toda la vida.

Esto respalda la idea de que los hábitos de sueño tempranos tienen un efecto directo sobre el peso en el largo plazo, opinó el autor principal del estudio, el doctor Robert John Hancox.

"Aunque no podemos probar que esa sea una relación causa-efecto, el estudio aporta evidencia sólida de que sería así", dijo a Reuters Health.

Los resultados obtenidos por el equipo dirigido por Hancox, de la Universidad de Otago, en Dunedin, Nueva Zelanda, fueron publicados en la revista Pediatrics.

Varios estudios previos hallaron que los adultos y los niños que duermen pocas horas corren alto riesgo de tener sobrepeso. Pero Hancox señaló que éste es el primer estudio que demuestra esa relación en el largo plazo.

El estudio incluyó a 1.037 hombres y mujeres controlados desde el nacimiento, entre 1972 y 1973, hasta los 32 años. Cuando los participantes tenían 5, 7, 9 y 11 años, sus padres informaron el horario habitual para acostarse a dormir y para levantarse.

El equipo halló que a medida que disminuía la cantidad de horas de sueño en los niños, aumentaba el índice de masa corporal (IMC) en la edad adulta.

El IMC es una medición del peso en relación con la estatura.

Los adultos que habían dormido pocas horas durante la niñez (menos de 11 horas por noche) tenían un IMC mayor que los que habían dormido las horas recomendadas.

"El descanso inadecuado en la niñez tendría consecuencias de largo plazo", explicó Hancox- Los resultados, indicó el equipo, sugieren que el control del peso sería otro motivo para que los niños duerman bien a la noche. Los expertos recomiendan que entre los 5 y los 12 años, los chicos duerman 11 horas y que los adolescentes duerman entre 8,5 y 9,5 horas.

Hoy, los niños están durmiendo menos que las generaciones previas, indicó Hancox. Esa tendencia, agregó, estaría promoviendo el aumento de la obesidad.

Nadie sabe con certeza por qué la falta de sueño está asociada con un mayor peso corporal. Una teoría, según estudios en laboratorios sobre el sueño, dice que la falta de horas de sueño altera el equilibrio normal de las hormonas que estimulan y suprimen el apetito. Además, los niños somnolientos estarían demasiado cansados como para hacer actividad física durante el día.

Publicado en Pediatrics