Las vacunas pediátricas obligatorias no aumentan el riesgo de desarrollar eccema o alergias graves en los niños en alto riesgo, publicó la revista Allergy.
A las vacunas pediátricas se les ha atribuido la capacidad potencial de causar enfermedad atópica. La atopia es la tendencia a desarrollar alergias, como la dermatitis "atópica, la rinitis alérgica y el asma.
La atopia ocurre por una respuesta inflamatoria excesiva a sustancias ambientales, como los ácaros del polvo y el polen.
"Las enfermedades atópicas son unas de las más comunes en la niñez", escribió el equipo dirigido por Christoph Gruber, de la Universidad de Medicina de Berlín, en Alemania. "Los padres de niños con alto riesgo de atopia siempre consultan sobre los efectos de las vacunas pediátricas", añadieron los autores.
El equipo analizó esos efectos durante el primer año de vida de 2.184 bebes con dermatitis atópica y antecedentes familiares de alergias. El 65 por ciento era alérgico.
Los autores no hallaron relación entre el uso de las vacunas pediátricas habituales y el riesgo de sensibilidad alérgica o agravamiento del eccema, que afecta a hasta el 20 por ciento de los niños.
Por otro lado, la vacuna contra la varicela los protegía de un agravamiento de la alergia y el eccema, mientras que la inmunización contra la tos convulsa los protegía del eccema.
El equipo concluyó que "los padres de niños atópicos deberían asegurarse de darles todas las vacunas a sus hijos".