miércoles, 31 de enero de 2007

UN BEBÉ CON SOBREPESO U OBESO SERÁ MÁS PROPENSO A SERLO TAMBIÉN DE ADULTO

Un niño con sobrepeso u obesidad en el primer año de edad será más propenso a serlo también cuando llegue a adulto. Esto es porque los primeros meses constituyen la etapa en la que la mayoría de las células de adipositos se reproducen y la cantidad que se genere entonces es la que se va a tener durante toda la vida.

Tal indicó el jefe de la División de Salud del Niño y del Adolescente de la Coordinación de PREVENIMSS, Mario Enrique Rendón Macías, quien reiteró que un niño que desarrolló mucho tejido adiposo durante su primer año de vida va a tener problemas de control de peso de manera permanente.

Por ello, desde el nacimiento se debe evitar el sobrepeso y la obesidad, a fin de que el niño tenga una vida más saludable, y no un desarrollo más lento, dificultad para realizar sus actividades físicas, como sentarse, rodarse e incluso aprender a caminar. Además, este niño va a ser mucho más tranquilo todo el tiempo, va a querer estar dormido o acostado la mayor parte del día, sobre todo después de tomar sus alimentos.

El especialista recomendó a los padres no asociar la redondez corporal del bebé con una imagen saludable, porque si un niño lleva una vida pasiva en lugar de jugar y aprender, va a tener rezagos que le repercutirán toda su vida.

La etapa preescolar es cuando el niño empieza a explorar su entorno, a correr, brincar, coger objetos, y baja su nivel de ingesta de alimentos, por lo que si tiene sobrepeso suele a veces reducirlo hasta alcanzar el adecuado. Sin embargo, también es cuando los padres utilizan los alimentos como fuente de gratificación o de castigo, agregó; por ejemplo, condicionan el buen comportamiento con la promesa de un dulce o de un chocolate.

Los límites que se le fijen al pequeño, añadió, deben ser con base en reglas bien establecidas en el entorno familiar, y no condicionadas a “si comes bien, entonces tienes derecho a un postre o a un helado”. Si un niño ya comió bien, no debe ser gratificado con más comida, es mejor si se le lleva a jugar, a caminar o a hacer otras actividades, precisó.

Dijo que un niño con sobrepeso u obesidad puede tener problemas para socializarse, pues con frecuencia es sujeto de críticas y de burlas por parte de los demás pequeños, ello contribuye a que sea retraído y a que tenga comportamiento conflictivo.

De los seis a los once años, añadió el doctor Rendón Macias, el niño vuelve a subir los kilos que posiblemente había perdido en la etapa previa, debido a que es cuando tiene acceso a productos de la tienda de la escuela o cuando los padres le brindan la opción de escoger los alimentos que va a consumir en el recreo, generalmente de baja calidad nutricional y con alto contenido de azúcares.

Además, es la etapa en la que se tiene mayor ingesta de pastelitos, galletas, cereales azucarados, frituras y refrescos, así como hamburguesas, pizzas y hot dogs, entre otros productos.

Si la familia no está bien organizada para comer de manera saludable, el niño va a ser vulnerable ante lo que se publicita, y tiene el riesgo de generar hábitos alimenticios que lo afecten toda su vida, puntualizó el doctor Rendón Macías.

Publicado en Mediks