Prácticamente todos los niños antes de los cinco años de edad han padecido al menos una infección por rotavirus. El rotavirus es en estos momentos la principal causa de la gastroenteritis grave, una enfermedad frecuente y muy contagiosa.
La temporada del rotavirus empieza entre los meses de noviembre y diciembre y termina en los meses de marzo y abril; el resto del año es una infección poco frecuente. Esta temporada se está viendo una incidencia importante de diarreas por rotavirus; este año es, además, de una mayor gravedad.
El rotavirus es un agente que causa un cuadro clínico como la gastroenteritis, que se caracteriza por una fiebre elevada, la presencia de vómitos y después un cuadro de diarreas con dolor abdominal. En algunos casos esto lleva a una deshidratación, que suele ser la complicación más frecuente. Cuando esto sucede en países en vías de desarrollo, tiene un alto índice de mortalidad.
Se debe ingresar a un niño cuando hay síntomas de deshidratación leve. La mayoría de los casos puede pasar las diarreas en casa con la ayuda del pediatra; algunos necesitan acudir al servicio de urgencias y en menor porcentaje, se necesita hospitalización.
El contagio del rotavirus es fecal-oral; se elimina en grandes cantidades por las deposiciones. Es un virus muy resistente que puede estar presente en cualquier superficie, como en las mesas de una guardería. Las medidas higiénico-sanitarias son menos efectivas con este virus. Esto hace que sea una de las infecciones que el enfermo adquiere en el hospital.
Según el Doctor Fernando Moraga, pediatra, la vacuna es la única manera efectiva para prevenir el virus. Los dos vacunas que existen son muy tolerables. Se han hecho estudios clínicos en los que se han incluido hasta 60.000 lactantes; por lo que se tienen datos de efectividad y seguridad muy importantes.
Se trata de una vacuna que se tendría que incluir en el calendario de vacunas infantil, administrándola a partir de los 2 meses. Hay varios tipos de rotavirus y las dos vacunas cubren un total de 5 rotavirus, que son el 95%. Es una vacuna fácil de administrar, se hace por vía oral y es compatible con el resto de vacunas.
Cuando un niño tiene diarrea se suelen hacer pruebas de detección rápida.