lunes, 17 de marzo de 2008

ETIQUETADO INGLÉS RECOMIENDA EVITAR EL CONSUMO DE LOS ALIMENTOS QUE SON PUBLICITADOS EN MÉXICO PARA NIÑOS

La calidad de los alimentos y bebidas publicitados para niños una de las principales causas de la epidemia de sobrepeso y obesidad

El Poder del Consumidor presentó una guía que clasifica a parte de los alimentos publicitados como sanos para los niños en México de acuerdo a la propuesta de etiquetado elaborada por la Agencia de Estándares en Alimentos del Reino Unido.

El resultado es que ninguno de los productos analizados es recomendable nutricionalmente.

La iniciativa forma parte de las actividades públicas desarrolladas por la Federación Mundial de Organizaciones de Consumidores, Consumers International (CI), con motivo del Día Mundial de los Derechos del Consumidor y que se dedica al impacto global de la publicidad de comida chatarra dirigida a niños.

La publicidad dirigida a niños ha sido señalada por la Organización Mundial de la Salud como una de las causas de la epidemia de sobrepeso y la obesidad a escala mundial. En nuestro país el sobrepeso y la obesidad en niños de 5 a 11 años de edad aumentó 40% en un periodo de tan sólo 7 años (1999-2006), colocándose México como la nación con el mayor crecimiento de este fenómeno en los últimos años.

El Poder del Consumidor (EPC) aplicó los criterios ingleses para la clasificación de productos que se publicitan como sanos para los niños en los siguientes productos: 16 cereales, 3 barras de cereal, 4 leches saborizadas y 4 jugos.

“Para elaborar esta guía, seleccionamos aquellos productos que se publicitan como sanos: cereales (16), barras de cereales (3), leches saborizadas (4) y jugos (4). De acuerdo a los resultados del etiquetado aplicado, ninguno de estos productos es recomendable nutricionalmente, de hecho, se recomienda no consumirlos. Por lo tanto, no debe de extrañarnos la confusión existente entre los consumidores y el consecuente deterioro de la salud en la población mexicana”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.

EPC centró su atención en los cereales publicitados para niños al tratarse de productos presentados como sanos y que son promovidos para su consumo habitual en el desayuno y, ahora, en la cena. “Por el contenido de azúcar y la presencia dominante de harinas refinadas, estos productos tendrían que ser vistos como golosinas. Asi como los refrescos, las leches saborizadas y la mayor parte de los jugos embotellados, deben ser concebidos como caramelos líquidos.

Sin embargo, no son vistos ni concebidos de esta manera gracias a la publicidad que engaña a los consumidores y a los etiquetados que más que orientar , promueven malos hábitos alimenticios”, señaló el director de EPC.

El etiquetado inglés, conocido como semáforo, consiste en otorgar los colores verde, amarillo y rojo como indicador de la presencia baja, media o alta de azúcares, sal, grasas y grasas saturadas en cada producto. La presencia alta, el rojo, significa que el producto no debería consumirse, solo de manera esporádica; el color amarillo indica que el producto es recomendable pero no para su consumo habitual, y el color verde, que el producto es recomendable y puede consumirse de manera habitual.

El etiquetado inglés es reconocido como una de las mejores propuestas existentes, tanto por asociaciones de consumidores como por expertos. La preferencia de las asociaciones por este etiquetado se debe a que fue el resultado de evaluaciones realizadas durante años, de diversas opciones, directamente con consumidores. La mayor virtud es que permite, de manera rápida, “con un vistazo”, identificar características de un producto de acuerdo con los intereses del consumidor.

“Dos aspectos se desprenden de los resultados de esta guía: primero, los alimentos y bebidas que las empresas publicitan como sanos para niños en México, no son recomendables nutricionalmente y se sugiere no consumirlos; segundo, la información que se ofrece en el etiquetado de los alimentos y bebidas en México no sirve al consumidor. La conclusión es clara: México requiere, de manera urgente, el establecimiento de otro etiquetado que verdaderamente oriente al consumidor y debe decretarse la prohibición de la publicidad de comida chatarra dirigida a niños. Los legisladores y el ejecutivo no pueden dejar la salud pública en manos de las empresas que tienen por objetivo su crecimiento económico y rendir beneficios a sus accionistas. La salud pública es un interés colectivo y, por lo tanto, es responsabilidad del legislativo y el ejecutivo velar por él. Hasta ahora, no lo han hecho en referencia a la epidemia de sobrepeso y obesidad que vivimos en México”, señaló Alejandro Calvillo.

El Poder del Consumidor A.C. (EPC) es una organización independiente de partidos políticos, empresas y grupos religiosos. Su objetivo es la defensa de los derechos de los consumidores y la promoción de sus responsabilidades.. EPC es miembro de Consumers International y del Consejo Consultivo para el Consumo de la Procuraduría Federal del Consumidor. Para mayor información comunicarse a los tels. 53384587 y 0445523154210, consultar la página www.elpoderdelconsumidor.org

El Etiquetado Traffic Light- Semáforo

Establecido por la Agencia de Estándares en Alimentos del Reino Unido en Noviembre de 2007, el etiquetado de alimentos conocido como Traffic Light (semáforo) , fue el resultado de años de trabajo con consumidores. Esta labor incluyó la consulta con la industria procesadora de alimentos y la realización de varias evaluaciones ya entrado en operación.

De acuerdo a los consumidores, las mayo:

- Permite hacer una evaluación con “una sola mirada” - El uso sencillo y rápido permite evaluar todas las decisiones. - Da la oportunidad de que si el consumidor quiere más información, puede detenerse a obtenerla.

El semáforo tiene como objetivo brindar información fácil de leer a simple vista y útil para el consumidor sobre cuatro elementos que son fundamentales para regular la dieta. Por lo tanto, el semáforo ofrece:

. información separada en azucares, sal, grasas y grasas saturadas. . un código con los colores verde, amarillo y rojo

¿Cómo se establecieron los niveles para determinar los niveles bajos, medios y altos?

Las fronteras entre el color verde y el amarillo (bajo/medio) fueron determinadas por la Regulación Europea No 1924/2006 en Información en Nutrición y Salud que entró en vigor el 1 de julio de 2007.

Las fronteras entre el amarillo y el rojo (medio/alto) se basaron en las recomendaciones de DEL Comité sobre Aspectos Médicos en Política Ambiental (Committee on the Medical Aspects of Food Policy) y el Comité Científico Asesor en Nutrición (Scientific Advisory Committee on Nutrition) que asesoran al gobierno del Reino Unido para la grasa, la grasa saturada, los azucares y la sal.

El criterio para determinar el color de cada uno de estos cuatro elementos (azucares, sal, grasa y grasa saturada) ha sido establecido por la Agencia de Estándares en Alimentos en dos tablas, una para alimentos y otra para bebidas. En el caso de los alimentos se toma como relación la cantidad de cada uno de los cuatro elementos con 100 gramos del producto, y en el de las bebidas con 100 ml. El propósito es asegurar que una porción del producto, en el caso de las azucares y las grasas, que contribuya con el 30% o más del máximo recomendado de ingesta diaria para un adulto esté marcado con el color rojo. En el caso de la sal, el color rojo debe estar indicado cuando la porción alcance 40% o más de la ingesta diaria recomendada para un adulto.

Mención especial requieren los cereales previamente endulzados. La porción considerada por la Agencia de Estándares en Alimentos del Reino Unido para los cereales es más realista que la expresada en México por las empresas. Mientras en México la porción es de 30 gramos, en el Reino Unido va de 40 a 50 gramos. En el caso de las Zucaritas de Kellogg´s, esto significa una diferencia entre 12 gramos de azúcar por porción de 30 gramos y 16 gramos por porción de 40 gramos. Esto último equivale a más de tres cucharadas de azúcar por porción, además del almidón presente en la harina refinada, generándose un fuerte impacto glusémico en el organismo, tanto por la azúcar como por la harina refinada.

Consultar el semáforo

Publicado en El Poder del Consumidor