Las pesadillas son sueños terroríficos que despiertan al niño. Todo mundo sueña cuatro o cinco veces durante la noche; unos sueños son buenos y otros malos. Es normal que estos sueños malos se presenten en todas las edades después de los 6 meses, aunque su presencia es más evidente en los niños en edad preescolar.
Las pesadillas normalmente se presentan durante la segunda mitad de la noche, cuando el soñar está en su mayor intensidad, y pueden ocurrir más de una vez por noche. Cuando el niño tiene pesadillas, por lo general se despierta muy asustado, casi siempre recuerda el contenido del sueño y puede ser tranquilizado con la presencia de los padres.
Las pesadillas se presentan más frecuentemente durante los periodos en que el niño está sometido a estrés, por ejemplo, cuando están en la fase de entrenarse a ir al baño, cuando hay problemas familiares, después de haber sufrido un accidente o cuando empiezan a ir a la escuela. También es frecuente que se presenten cuando los niños ven programas de televisión o películas de terror o violencia. El aliviar este factor de estrés, por lo general disminuye la frecuencia de las pesadillas.
Una vez que ha ocurrido una pesadilla, el niño se despierta y se levanta asustado y temeroso. Los padres deben calmarlo y ayudarlo a tranquilizarse sin realizar una discusión profunda sobre si existen los monstruos o no. Asegúrele que Usted está ahí para protegerlo y que no le ocurrirá nada malo. Tenga en cuenta que una pesadilla es una cosa real para un niño pequeño. La discusión sobre esos temores que ocasionan las pesadillas hay que hacerlos durante el día y ya con el niño calmado.Explíquele a su hijo que ha tenido un mal sueño, acompañelo en su cama hasta que esté tranquilo, déjele la puerta de su habitación abierta y la luz prendida, especialmente si tiene temor a la oscuridad. La mayoría de los niños se duermen enseguida.
Los padres deben tratar de identificar los factores que puedan causar estrés al niño, y para eso deben apoyarse consultando a su pediatra y platicando con sus profesores. Nunca amenace o asuste a su hijo, ni de broma, con que "se lo va a llevar la bruja o se lo van a comer los monstruos".
Las diferencias principales entre los terrores nocturnos y las pesadillas son que los terrores son más frecuentes entre los 3 y los 8 años, predominan en los niños, se presentan en la primera fase del sueño, no despiertan al niño , no queda memoria del evento y se exacerban por el estrés. Las pesadillas se presentan a cualquier edad, de igual manera en niños y niñas, ocurren en la segunda fase del sueño, por lo general despiertan al niño, queda memoria del evento y también se exacerban por el estrés.