Diariamente, en todo el mundo, las vidas de más de 2000 familias se ven sacudidas por la pérdida de un niño provocada por una lesión no intencional - traumatismos por accidentes de tráfico, ahogamiento, quemaduras, caídas o envenenamientos - que en la mayoría de los casos podrían haberse evitado. El sufrimiento que aflige a los padres, hermanos, abuelos y amigos de las víctimas es incalculable. Este tipo de tragedias cambian irrevocablemente las vidas.
A continuación se exponen seis casos de niños que sufrieron lesiones o fallecieron por causas evitables. Las historias, extraídas del World report on child injury prevention, nos recuerdan que detrás de las estadísticas hay rostros, familias y vidas reales. En ellas se insiste en que si se hubieran adoptado medidas de prevención como las que se describen en el informe mundial o hubiera habido servicios médicos de urgencia accesibles, se habría podido evitar una enorme cantidad de sufrimiento.
Australia: Harrison En un breve momento en que su madre estaba ocupada, Harrison, un niño de 18 meses, abrió un envase de detergente para lavavajillas y se tragó parte del polvo. Sobrevivió, pero las consecuencias permanentes de sus lesiones han hecho muy complicada su alimentación y han cambiado su vida y las vidas de los miembros de su familia.
Bangladesh: Sohel El joven Sohel trepó al tejado de una mezquita para echar un vistazo a las obras de renovación. Se tropezó con materiales de construcción, cayó y murió. Tenía 14 años de edad y era el principal sostén de su familia.
Egipto: Deana Deana murió a la edad de 17 años, mientras trataba de cruzar una calle muy transitada de Maadi. No había ningún cruce de peatones, y un autobús en exceso de velocidad la impactó y la mató. Se dirigía a una fiesta de cumpleaños con cuatro amigas.
México: Martha Martha, de seis años de edad, cayó dentro de un pozo sin cubrir. Como resultado de la caída, ahora tiene una discapacidad mental y necesita ayuda para todas sus necesidades diarias. Su hermano mayor, Juan, que se siente responsable del accidente, ha abandonado la escuela.
Nueva Zelandia: Ruby Ruby se recuperó milagrosamente después de estar a punto de ahogarse en la piscina de su casa cuando tenía 14 meses. Sin embargo, han dicho a su familia que si a largo plazo la niña sufre algún daño neurológico, éste quizá sólo se manifieste cuando Ruby empiece la escuela.
Sudáfrica: Vusi A la edad de 13 años, Vusi sufrió graves quemaduras cuando una vela que alumbraba su cuarto se cayó y provocó un incendio. Le han quedado cicatrices permanentes en el rostro, las manos y el pecho.