viernes, 9 de agosto de 2013

INGESTIÓN ACCIDENTAL DE IMANES

     Como es sabido por todos, los niños pequeños siempre tienen la curiosidad de tomar todo tipo de objetos pequeños y llevárselos a la boca. Por esta razón, es frecuente la ingesta accidental de monedas, alfileres, huesos, botones, pasadores del pelo, baterías de reloj, partes de juguetes, etc. En los últimos años, se han popularizado los objetos decorativos que contienen imanes pequeños para poderlos adherir a otros objetos metálicos como la puerta del refrigerador o frigorífico.
También son comunes los juguetes con imanes en los que los niños pegan diversas piezas metálicas o partes plásticas con un pequeño imán adherido para formar figuras.   Esto ha hecho que los niños tengan facilidad de acceso a ellos, muchas veces los desprendan del objeto y se los traguen. Los niños más grandes los utilizan para imitar los piercings o perforaciones. Es por esta razón que queremos advertir de los riesgos que existen cuando un niño se traga uno o varios imanes.


     Este tipo de accidente se presenta principalmente en niños de tres años o más y el promedio es de cinco años y medio.

     Los imanes actuales son mucho más potentes que los que existían hace algunos años, por lo que dos imanes pequeños tienen mayor fuerza de atracción que los más antiguos.

     Una manera sencilla que podría servir para saber si el objeto que se tragó el niño es magnético, es pasar sobre el abdomen del niño una brújula y si esta se mueve, refleja el magnetismo del objeto ingerido. Por supuesto, esta prueba hay que realizarla en un sitio libre de magnetismo o de aparatos que lo causan pudiendo interferir con la respuesta. Esta prueba no es muy exacta por lo que si sale negativa no se debe descartar que el objeto tragado sea un imán.

     Como sabemos, los imanes se atraen uno al otro, y si un niño se traga varios de manera separada, éstos, al intentar pegarse a través de las paredes del intestino, la atrapan ocasionando una perforación, sangrado intestinal o una infección severa que favorece la formación de abscesos. También podrían ocasionar que el intestino se tuerza –los médicos lo llamamos vólvulo– y causar una obstrucción intestinal. También pueden causar que el intestino se necrose, es decir se muera, al faltar la circulación sanguínea en donde están los imanes atrapando la pared. Varias de estas complicaciones están reportadas en un estudio publicado por investigadores del Hospital Infantil de Valencia, España. Se reportan trece casos estudiados durante diez años con las complicaciones ya mencionadas. Investigadores Chilenos reportan en un estudio tres casos ocasionados por un juego muy popular de imanes que contiene uno en la punta de cada vástago y que se han presentado en un lapso corto de tiempo. La Comisión de Seguridad de los Productos en los Estados Unidos reporta 33 casos de niños de entre 10 meses y 11 años, quienes, en la mayoría de los casos, sufrieron una perforación intestinal y tuvieron que ser hospitalizados entre 3 y 19 días. Esta Comisión retiró del mercado aproximadamente 18 millones de productos que contenían imanes que se podrían desprender fácilmente y causar el accidente en los niños. Un estudio más reciente confirma que han aumentado 5 veces los ingresos a emergencias de niños con accidentes relacionados con imanes entre el año 2002 y 2011. 

     Cuando se sospecha que un niño ingirió varios imanes, deben practicarse, de urgencia, estudios radiográficos. Al evaluar las radiografías, el radiólogo tienen que ser muy cuidadoso ya que, en ocasiones, la imagen de dos imanes pegados que atrapan el intestino aparece como si fuera sólo uno. Si se confirma, el paciente debe ser intervenido quirúrgicamente de urgencia para extraerlos y evitar una perforación intestinal y la formación de un absceso. Cuando hay la certeza de que sólo es uno, podría mantenerse en vigilancia el paciente para verificar que lo expulse de manera espontánea con el excremento. Cuando se sospecha que el imán se pasó a las vías respiratorias, entonces debe ser extraído por el experto por medio del estudio llamado broncoscopía como cualquier otro objeto.

Recomendaciones:

  • Si sospecha que su hijo se tragó un imán, de inmediato busque atención médica de urgencia. Repórtele al médico si sospecha que se trata de uno o varios imanes.
  • Vigile si se presenta vómito, dolor abdominal, nausea o diarrea.
  • Hay que tener en cuenta que en una radiografía puede aparecer como un sólo objeto; sin embargo, podrían ser varios imanes que atraparon la pared intestinal al atraerse unos con otros.
  • Mantenga fuera del alcance de los niños los imanes pequeños y los juguetes u objetos que tengan algún imán que el niño podría desprender y tragar.
  • Si se le pierde un imán a un juguete u objeto decorativo, búsquelo de inmediato. Inspeccione la zona donde juega su hijo y verifique de manera regular sus juguetes para buscar partes perdidas, en especial si éstos contienen imanes.
  • Cuando le compre un juguete a su hijo, verifique que sea apropiado para su edad y que no contenga partes pequeñas, en especial, imanes que se puedan desprender y tragárselos. Los juegos con piezas de imanes no son para menores de 6 años.
  • Los padres deben vigilar que sus hijos no se lleven objetos a la boca y, en especial, tener mucho cuidado con los imanes.

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© Dr. Roberto M. Murguía Pozzi    

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